Las imágenes de tanques militares desplazándose por las calles del municipio de El Plateado, en el corregimiento de Argelia (Cauca), confirman la presencia de los cuerpos de seguridad del Estado en esa zona, que estuvo tomada por un bloque de las disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y abren preguntas sobre el destino de ese poblado.
La 'Operación Perseo' fue una compleja acción militar planeada desde hace más de un año para acabar con el monopolio de la estructura armada 'Carlos Patiño', perteneciente al denominado Estado Mayor Central (EMC) de las disidencias de las FARC, controladas por alias 'Iván Mordisco', con quien el Gobierno rompió las conversaciones de paz tras sus violaciones al cese al fuego establecido entre ambas partes.
Actualmente, El Plateado es el inicio de un corredor que llega hasta la región estratégica el Cañón del Micay, con salida al Pacífico, desde donde se transporta la cocaína y la marihuana por vía marítima hacia Centroamérica, según El Tiempo. Si bien el Gobierno dio este gran paso para frenar las economías ilícitas del grupo armado, le resta seguir avanzando hacia las áreas donde sigue teniendo influencia, para evitar arremetidas contra militares y civiles.
Un plan político consulto
En sus redes, el presidente colombiano, Gustavo Petro, confirmó que ordenó la toma militar ante el fracaso de las conversaciones con el EMC, que tenían como principal eje la sustitución de cultivos y liberación de la población del Cañón del Micay, bastión de ese fragmento de las disidencias, donde existen enfrentamientos con el Ejército desde mediados de 2023.
Según dijo, el "plan político militar avanza" y los funcionarios de su administración que se han desplazado hasta el lugar, incluyendo al titular de Defensa, Iván Velásquez, han obtenido información de la comunidad "para priorizar inversiones".
"A quienes les duele que el Estado haya tomado El Plateado y ahora lo ponga bajo el poder del pueblo, les molesta que se golpee la mafia y que mostremos la seriedad de una política de seguridad más eficaz, construida sobre la vida humana y no sobre la muerte", dijo el mandatario.
Los medios han reflejado disparidad de reacciones de los habitantes de El Plateado, tras la salida de las disidencias de 'Iván Mordisco'. Mientras que hay expectativa por la llegada del Estado tras años de abandono, también existe cierta desconfianza por lo que ocurrirá con quienes subsisten de la siembra de coca en esa región donde se concentra el 75 % de los cultivos en el Cauca, según Pares. En la memoria queda el recuerdo de las agresiones paramilitares tras la salida de los grupos guerrilleros de esa localidad, años atrás.
Un abandono de años
Las disidencias huyeron del lugar. Sin embargo, en medio de la confrontación habrían repelido el ingreso de las fuerzas militares con un dron que llevaba una granada, cuya explosión causó que tres militares y más de una decena de civiles fueran heridos. Los combates han generado el desplazamiento de por lo menos 1.200 personas, recoge el diario local El País.
Este operativo, en el que participaron 1.400 uniformados, ha sido elogiado por los analistas debido a su "limpieza" porque no dejó como saldo decenas de víctimas —como ha ocurrido con ese tipo de acciones en otras administraciones— en una zona donde el poder, desde los años 80, se lo han disputado guerrilleros y paramilitares, con una poca y fallida presencia estatal.
Desde la firma del Acuerdo de Paz, explica un texto de Juan Manuel Torres Erazo publicado a finales del año pasado, se abrió un compás para que el Estado colombiano "llegara con proyectos", planes de sustitución gradual del cultivo de coca —que se realiza en esa localidad desde los años 70 del siglo pasado— "con un desmantelamiento de las redes criminales, con una solución para el problema de la tierra y con participación política para esas poblaciones". Sin embargo, dice el autor, "la oportunidad se perdió".