Aerolíneas Argentinas determinó este miércoles la expulsión de su directorio de Pablo Biró, líder del gremio de pilotos, en medio de un conflicto de los trabajadores aeronáuticos por reclamos salariales, informó La Nación.
En una asamblea de accionistas, y a pedido del Gobierno de Javier Milei, se decidió remover de la junta de autoridades al titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), "por haber actuado recurrentemente en forma desleal y contra los intereses de la compañía que representa".
Como representante sindical, Biró es uno de los que encabeza los reclamos de los trabajadores de la aerolínea estatal por aumentos de sueldo, y en cada paro o asamblea había recibido la advertencia del Ejecutivo por "afectar a los pasajeros" con sus medidas de fuerza.
Según indicaron desde la compañía en un comunicado, la decisión de echar a Biró se tomó "a pedido del principal accionista de Aerolíneas Argentinas, el Estado nacional".
"Pablo Biró, en su doble rol de dirigente del gremio APLA (pilotos), y como director de la compañía por las acciones clase B del Programa de Propiedad Participada (de los trabajadores), tuvo durante estos últimos meses un comportamiento contrario al esperable de un miembro del directorio de Aerolíneas Argentinas", señalaron los miembros de la asamblea.
Y añadieron que “tan solo este año, Biró participó y promovió 13 medidas de fuerza contra la aerolínea, muchas de ellas escudadas en supuestas 'asambleas informativas' que en realidad eran paros encubiertos".
Asimismo, el representante gremial y APLA fueron acusados por la empresa de provocar "demoras y cancelaciones en vuelos que perjudicaron a más de 100.000 pasajeros, provocándole millonarias pérdidas a la compañía".
La respuesta del gremio
Desde el sindicato de pilotos emitieron un comunicado en el que remarcan que este hecho "se suma a una larga serie de acciones hostiles contra los sindicatos aeronáuticos", y anuncian que se tomarán acciones legales para impugnar la asamblea.
La decisión de Aerolíneas Argentinas se da en el marco de un fuerte enfrentamiento entre el Gobierno de Milei y los trabajadores aeronáuticos por reclamos salariales y, también, por la intención de la gestión libertaria de privatizar la compañía.
A principios de septiembre, la Casa Rosada despidió a 1.500 empleados y redujo así la plantilla en un 13 %. Un mes después, inició formalmente el proceso de privatización a través de un decreto que acompañó de una amplia exposición de motivos.
"La privatización de la compañía y su funcionamiento en condiciones de mercado permitirán una mejor prestación del servicio, el cuidado de las arcas públicas y, principalmente, que los argentinos dejen de financiar el déficit de una compañía ineficiente", manifestó el Gobierno.