Ejército ruso: La operación militar especial evitó que Kiev realice su propio programa nuclear

Así lo declaró el jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, Ígor Kirílov.

La operación militar especial rusa en Ucrania evitó que Kiev implementara su propio programa nuclear, declaró este martes el jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, Ígor Kirílov, en una rueda de prensa.

"Sus principales ejecutores eran el Instituto de Física y Tecnología de Járkov, cuyos científicos participaban en el programa nuclear de la URSS; así como el Instituto de Investigación Nuclear de la Academia Nacional de Ciencias de Kiev", precisó.

En este sentido, Kirílov resaltó que, "desde 2021, la financiación para estos institutos ha aumentado significativamente y el volumen total de compras se ha multiplicado por 20". "Un aumento tan drástico del gasto gubernamental también evidencia los intentos de Kiev de implementar su programa nuclear", añadió.

'Bomba sucia'

A pesar de que actualmente Kiev carece del potencial técnico para crear armas nucleares, las capacidades existentes le permiten crear la llamada 'bomba sucia', declaró el alto cargo militar en referencia al artefacto explosivo que puede diseminar elementos radiactivos en el área circundante.

"Para crear tales artefactos se puede utilizar combustible nuclear gastado, fuentes radiactivas industriales y de calibración", explicó, al recordar que anteriormente el Ejército ruso ya había advertido que Ucrania se ha convertido en uno de los principales importadores de combustible nuclear gastado.

El teniente general también reveló que "las rutas de suministro se organizan a través de Polonia y Rumanía; mientras que las cuestiones organizativas, logísticas y financieras son supervisadas personalmente por Andréi Yermak", jefe de la Oficina del líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski.

"Accidente de radiación"

Kirílov indicó que causa "particular preocupación" el informe del secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Ucrania al primer ministro Denís Shmygal, en el que "se comunica sobre la pérdida de 68 fuentes de radiación ionizante, incluidas las altamente activas, que se encontraban en el Instituto de Metrología en Liptsy", una localidad de la provincia de Járkov.

"El informe señala que 'la pérdida de control sobre las fuentes de radiación ionizante se clasifica como un accidente de radiación'", citó el documento Kirílov.

En este contexto, el teniente general reveló que los materiales metodológicos utilizados para la formación de los efectivos del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) contienen cuestiones relacionadas con el uso de la 'bomba sucia'.

"En particular, se simula una situación de robo de las fuentes de radiación ionizante, de fabricación de un artefacto explosivo y de su detonación en un lugar concurrido", explicó.

"Es difícil imaginar que esta área de interacción entre los servicios de inteligencia ucranianos y el Departamento de Reducción de Amenazas para la Defensa de EE.UU. (DITRA) encaje en el formato de 'medidas de protección'", hizo hincapié Kirílov.

Con ello, el alto cargo militar denunció que el régimen de Kiev evita conceder a los expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) pleno acceso a todas las instalaciones situadas en la zona de exclusión de Chernóbyl y retrasa la presentación de los informes detallados sobre la cantidad y el estado de los residuos radiactivos allí ubicados.

"Kiev se niega a involucrar al OIEA en la solución de los problemas de contabilidad y control de los materiales nucleares que entran en el Almacén centralizado de combustible nuclear gastado", agregó.

Planes de ataque a centrales rusas

Al mismo tiempo, el teniente general declaró que, según la información de la que dispone el Ministerio ruso de Defensa, las FF.AA. de Ucrania "no abandonaron sus planes de apoderarse por la fuerza de las instalaciones de energía nuclear rusas".

Al fracasar su intento de apoderarse de la central nuclear de Kursk, los militares ucranianos volvieron a intentar retomar el control de la central de Zaporozhie, reveló Kirílov. En dicha operación, denominada 'Cortocircuito', las fuerzas especiales ucranianas tenían planeado utilizar los sistemas de lanzamisiles múltiple HIMARS, de fabricación estadounidense, así como sistemas de vehículos no tripulados de ataque.

"Gracias a las acciones proactivas de las unidades rusas, el plan de apoderarse de la central [de Zaporozhie] no se llevó a cabo", concluyó Kirílov.