Militares indios comunicaron en redes el lunes que habían llevado a cabo el patrullaje en la altiplanicie de Depsang, uno de los cinco puntos de tensión a lo largo de la frontera entre la India y China, por primera vez desde los mortíferos enfrentamientos de 2020 en la región de Ladakh.
La misión fue posible después de que las dos naciones se pusieran de acuerdo en octubre pasado para reanudar las patrullas en esa zona y en la de Demchok sobre la base de un pacto alcanzado con anterioridad a la mencionada disputa. "Este es otro paso positivo hacia el mantenimiento de la paz y la tranquilidad en la línea de control actual", valoró el Cuerpo de Fuego y Furia del Ejército de la India en X.
Según medios indios, aún están por coordinar el momento del comienzo y la frecuencia de las patrullas en otras 'zonas de amortiguación', que son el valle del río Galwan, el lago Pangong, el río Gogra y el área de Hot Springs.
El ministro de Asuntos Exteriores de la India, Subrahmanyam Jaishankar, alabó los esfuerzos bilaterales para cesar las tensiones en una rueda de prensa en Canberra, Australia, el martes, diciendo que se trata de un "desarrollo positivo". Sin embargo, afirmó, Pekín y Nueva Deli tienen todavía "otros desafíos que abordar".
El primer ministro indio, Narendra Modi, y el presidente chino, Xi Jinping, celebraron en octubre su primera reunión bilateral en casi cinco años dentro de la agenda de la cumbre BRICS en Kazán, Rusia. Decidieron entonces que sus jefes de los servicios diplomáticos y asesores de seguridad nacional celebrarían una reunión detallada para continuar avanzando con los acuerdos.
Modi enfatizó en Kazán la importancia de "gestionar adecuadamente las diferencias y disputas y no permitir que perturben la paz y la tranquilidad", mientras que Xi enfatizó que las dos partes deben apuntalar la comunicación y la cooperación, así como gestionar adecuadamente las diferencias y los desacuerdos.