El heredero de un clan famoso y excandidato presidencial que será titular de la Salud en EE.UU.

Robert F. Kennedy, Jr., de 70 años, es conocido por sus persistentes críticas al sistema sanitario estadounidense.

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sigue anunciando los nombres de las personas que ocuparán puestos claves en su gobierno. El jueves, el republicano anunció que Robert F. Kennedy Jr., de 70 años, quien anteriormente fue candidato presidencial independiente, podría ocupar el cargo de secretario de Salud.

Kennedy Jr., que suspendió su campaña en agosto para respaldar a Trump, se había declarado ya anteriormente dispuesto a ayudar a "liberar a las agencias de salud pública de sus omnipresentes conflictos y corrupción".

Además de su campaña presidencial, el político se ha dado a conocer como autor de numerosas iniciativas ecologistas, así como opositor a la vacunación y crítico con el sistema sanitario estadounidense.

Heredero de una famosa dinastía política

El candidato al puesto de secretario de Salud y Servicios Humanos es sobrino del 35º presidente del país, John Fitzgerald Kennedy, e hijo del exsenador y fiscal general Robert Kennedy. Sus dos más famosos familiares fueron asesinados y sus muertes siguen siendo objeto de debate público en la sociedad estadounidense. 

Al lanzar su propia campaña presidencial, Kennedy se convirtió en la cuarta persona de su familia que aspiraba al cargo más alto de Estados Unidos. Sin embargo, sus tres hermanas y su hermano emitieron ya el pasado otoño un comunicado en el que condenaban la campaña de su pariente, explicando que "no comparte los mismos valores, puntos de vista y juicios" que legó su padre.

Previamente, este año, en un discurso sobre el estado de la Unión, Kennedy Jr. afirmó que ni su tío ni su padre "reconocerían la versión de EE.UU." del presente. "Nos hemos convertido en una nación de enfermedades crónicas, violencia, soledad, depresión y división", observó.

Protector del medio ambiente

La carrera política del futuro jefe del sistema de salud estadounidense comenzó con el activismo medioambiental. Tras obtener una segunda licenciatura en derecho medioambiental en 1987, Kennedy Jr. se implicó en cuestiones relacionadas con los recursos naturales. En 1999 fundó Waterkeeper Alliance, para luchar por la limpieza de las masas de agua y el cumplimiento de la legislación medioambiental.

Ha actuado como abogado en casos de contaminación y de violaciones de los derechos humanos, sobre todo contra los pueblos indígenas de Estados Unidos, y ha sido detenido en numerosas ocasiones por participar en protestas.

Escéptico de las vacunas

Uno de los hechos más famosos y controvertidos en la biografía de Kennedy Jr. es su escepticismo sobre las vacunas. Según indica AP, el político cree que "no hay ninguna vacuna que sea segura y eficaz" y ha instado a resistirse a las directrices sobre cuándo deben vacunarse los niños. 

El político fundó el grupo antivacunas Children's Health Defense, y en los últimos meses se ha centrado en la salud infantil y la solución del problema de las enfermedades crónicas de la infancia.

Opositor a la "captura corporativa"

Durante su campaña, Kennedy declaró que se oponía a las grandes concentraciones de poder en las corporaciones. "La CIA trabaja para contratistas militares, proporcionando un flujo constante de guerras eternas. Las agencias de salud están controladas por la industria farmacéutica, que lucra con las enfermedades crónicas. La Reserva Federal [Fed], cautiva de los grandes bancos, inunda de dinero los cañones de Wall Street", detalló el entonces candidato presidencial. 

"La captura corporativa es la mayor amenaza para la democracia estadounidense", añadió. Ahora, probablemente hará realidad sus postulados anticorporativos en el Departamento de Salud y Servicios Humanos. 

El responsable de comunicación de su campaña, Del Bigtree, declaró a AP que el futuro secretario "se centró en poner fin a la 'puerta giratoria' de empleados que tienen antecedentes laborales en empresas farmacéuticas o dejan el servicio gubernamental para trabajar en esa industria".

Kennedy Jr. estima que la sanidad pública está demasiado centrada en las enfermedades infecciosas, y quiere redirigir los recursos hacia una panoplia de problemas que él caracteriza como la epidemia de dolencias crónicas, entre ellas la obesidad, la diabetes, el autismo y las enfermedades mentales.