La caída del 'Pablo Escobar santandereano' destapa a la poderosa industria de mercenarios en Colombia

En la contratación de exmilitares colombianos hay elementos en común: promesas de mejores sueldos y contratos para vigilancia privada en México.

En los últimos días, la recaptura del narcotraficante Óscar Camargo Ríos, alias 'Pichi', conocido como el 'Pablo Escobar santandereano', que acumula cuatro fugas y una decena de violaciones del arresto domiciliario, sacó a la luz un entresijo relacionado con una de las principales industrias colombianas para la exportación: el mercenarismo.

Y es que una investigación de El Tiempo reveló que uno de los escoltas de 'Pichi', Luis Carlos Pacheco Pantoja, un exmilitar experto en paracaidismo y entrenamiento táctico, está al frente de la empresa de seguridad VIP Logistic Group SAS, que ha sido señalada por varios denunciantes de reclutar militares en Colombia bajo engaños para incluirlos en cárteles de droga.

Según varios testimonios, los exuniformados colombianos habrían sido contratados desde su país con falsas promesas de empleo, para ser enviados a México. Una vez allí, sus esposas y familiares han perdido su rastro.

Los mercenarios 'made in Colombia'

Colombia, un país en conflicto desde hace décadas, ha sido un semillero para la formación de mercenarios que son extraídos de las filas de las Fuerzas Militares bajo promesas de mejores ingresos en el exterior.

El propio presidente, Gustavo Petro, ha alertado sobre la necesidad de prohibir el mercenarismo en su país, al hacer referencia a la información reciente sobre la contratación de 300 exmilitares colombianos que trabajan para dos compañías dentro de Sudán o que tienen previsto desplazarse a Libia. 

El tema de los mercenarios de origen colombiano ha sido recurrente en los últimos años. Actualmente, Moscú y Bogotá mantienen conversaciones para abordar la situación de los ciudadanos del país suramericano capturados por participar en el conflicto ucraniano. Del mismo modo, Venezuela ha alertado sobre su entrenamiento para desestabilizar el Gobierno de Nicolás Maduro.

Un caso resuelto

Uno de los casos que llegó a manos de la Cancillería colombiana fue el del sargento retirado Andrés Mauricio Cáceres Arciniegas, quien desapareció al pasado 12 de marzo, cuando llegó a México, tras recibir una oferta laboral.

Luego de perder la comunicación con él, su familia contactó al Consulado de Colombia en Ciudad de México, que activó los protocolos de búsqueda. Así, días después, el 25 de marzo, fue hallado en estado de deshidratación.

Si bien la Cancillería colombiana no dio más detalles, según El Tiempo, el sargento retirado fue contratado para supuestamente cuidar cultivos de cítricos y aguacates. Sin embargo, al llegar al lugar, se dio cuenta de que había sido llevado bajo engaño para formar parte de un cartel mexicano del narcotráfico.

Los que corrieron con otra suerte

Cáceres Arciniegas fue encontrado, pero la historia de otros militares colombianos en México no fue así. Actualmente, se encuentran desaparecidos.

Los exsargentos José Fernando Cataño Durango, José Gabriel Sáez Angulo y Eduban Rodríguez Cardona, según denunciaron sus esposas, fueron contratados por VIP Logistic Group SAS y el 'modus operandi' fue el mismo: trabajar como escoltas o vigilantes para empresas en el estado mexicano de Michoacán, recoge Semana.

La pareja de Sáez Angulo, Jackeline del Valle Arboleda, le refirió al citado medio que la última vez que se comunicó con él fue en enero de este año y que posteriormente le informaron "que había caído en medio de combates, asesinado por un francotirador", a pesar de que solo fue contratado para ser vigilante. "Tenemos dudas", expresó.

En cuanto a Cataño Durango, supuestamente viajaría al país norteamericano para realizar capacitaciones y conferencias en temas de seguridad. Sobre él, su pareja, Dora Úsuga Medina, aseveró que antes de perderle la pista, en noviembre de 2023, cuando conversaba telefónicamente, lo hacía en tono muy bajo. "Yo le decía que si estaba contento, pero me evadía, como si pasara algo".

En dos de los tres casos, uno de los elementos en común es el ofrecimiento de un sueldo que oscila entre los 7 y 8 millones de pesos (entre 1.600 y 1.800 dólares), cifra que no podría percibir en su país en trabajos de vigilancia privada.

La empresa fachada

La compañía que habría contratado a estos exmilitares está registrada en Medellín y su representante, hasta octubre de este mes, era el ahora detenido Pacheco Pantoja, quien en esa oportunidad negó el carácter de contratista de mercenarios de esa firma y adujo que "alguien firmó documentos sin su autorización", según Semana.

El ahora detenido junto a 'Pichi', salió del Ejército en 2014, con el rango de soldado profesional. Posteriormente, se desempeñó como guardia de seguridad, escolta y guardia motorizado.

Al ser contactado por El Tiempo, aseveró: "Por mi empresa ha pasado mucha gente. Pero de ese caso no conozco, nosotros no mandamos gente al exterior", manifestó. Según él, solo capacita a personal de vigilantes, a pesar de las denuncias que apuntan a sus vínculos con contratistas de mercenarios.