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La causa del accidente en Galicia: ¿exceso de velocidad o de recortes?
La Policía española ha detenido formalmente al maquinista del tren siniestrado en Galicia para que declare como imputado. Sin embargo, algunos analistas creen que los verdaderos responsables de la tragedia son los dirigentes políticos.
Hace siglos que España dejó de ser una potencia marítima y en 2013, por falta de fondos, dio de baja el único portaaviones que tenía, el Príncipe de Asturias (R-11). Ahora, Maksim Samorúkov se pregunta en su columna de opinión del portal Slon.ru si el trágico accidente de tren en Galicia podría presagiar también el fin de una potencia ferroviaria.
La investigación sobre lo que provocó el descarrilamiento del tren rápido Alvia y la muerte de cerca de 80 personas aún no ha concluido, pero se ha establecido que el convoy duplicó la velocidad establecida al paso de una curva muy complicada. No obstante, es posible que las causas más profundas o indirectas del accidente no estén solo en la "imprudencia" del maquinista, sino en la mala gestión de grandes proyectos en tiempos de déficit público.
Hasta hace poco "a los españoles no les faltaban motivos para considerar su sistema ferroviario uno de los mejores del mundo", escribe Samokúrov. El país ya adelanta a Japón y Francia en extensión de vías férreas rápidas, que además sigue creciendo.
La calidad de estos servicios en España tampoco daba motivos para dudas y desde 1992 (año de establecimiento de la primera línea) hasta hace unos días, los trenes de alta velocidad no estuvieron implicados en grandes accidentes. Las compañías Adif (constructora de las vías) y Renfe (operadora de la red ferroviaria) participan en proyectos internacionales por todo el mundo.
No es casual que el accidente del Alvia 151 procedente de Madrid con destino a Ferrol sea considerado como "el más grave" desde mediados del siglo XX.
En 1944, el choque de dos trenes en un túnel cerca del pueblo de Torre del Bierzo causó la muerte de entre 78 y 500 personas (según datos no oficiales), aunque es difícil determinar el número exacto de las víctimas debido a la censura del régimen franquista.
"Pero el año 1944 es un tiempo difícil de la Segunda Guerra Mundial, cuando España tenía que recuperarse tras la Gran Depresión, una revolución y una guerra civil", recuerda el autor de la columna. En 2013, "un montón de planes en los que no se toma en consideración las posibilidades financieras del país" y la crisis económica, podrían haber creado las condiciones para esta nueva catástrofe.
El plan de una línea rápida que uniera Madrid con Galicia nació antes de la crisis de 2008, durante el 'boom' de la construcción de trenes de alta velocidad en España. Pero en los tiempos de austeridad financiera, el proyecto también sufrió recortes. Al final, la línea fue inaugurada, pero incluía tanto tramos nuevos como vías antiguas. Es decir, que el tren que va por el carril nuevo a una velocidad de 200 kilómetros por hora, tiene que frenar hasta unos 80 kilómetros por hora al acercarse al lugar donde se juntan los dos tipos de vías.
El accidente ocurrió precisamente en uno de esos lugares de conexión, a unos tres kilómetros de la ciudad de Santiago de Compostela.
Los recortes también afectaron al sistema automático de alarma y control de velocidad. Los trenes que circulan en ese trayecto están equipados con el mecanismo ASFA, diseñado en la década de 1970, en lugar del sistema europeo más moderno ETCS, instalado por ejemplo en la línea Madrid-Barcelona. Según algunos especialistas, el ASFA no funcionó adecuadamente, aunque otros datos apuntan a que el sistema sólo se activa a velocidades todavía más altas.
Todo esto, según Samorúkov, debería "hacer al Gobierno español más valiente" para "dejar de matar a los ciudadanos en ambiciosos proyectos" si el país no tiene fondos para su realización exitosa.
La investigación sobre lo que provocó el descarrilamiento del tren rápido Alvia y la muerte de cerca de 80 personas aún no ha concluido, pero se ha establecido que el convoy duplicó la velocidad establecida al paso de una curva muy complicada. No obstante, es posible que las causas más profundas o indirectas del accidente no estén solo en la "imprudencia" del maquinista, sino en la mala gestión de grandes proyectos en tiempos de déficit público.
Hasta hace poco "a los españoles no les faltaban motivos para considerar su sistema ferroviario uno de los mejores del mundo", escribe Samokúrov. El país ya adelanta a Japón y Francia en extensión de vías férreas rápidas, que además sigue creciendo.
La calidad de estos servicios en España tampoco daba motivos para dudas y desde 1992 (año de establecimiento de la primera línea) hasta hace unos días, los trenes de alta velocidad no estuvieron implicados en grandes accidentes. Las compañías Adif (constructora de las vías) y Renfe (operadora de la red ferroviaria) participan en proyectos internacionales por todo el mundo.
No es casual que el accidente del Alvia 151 procedente de Madrid con destino a Ferrol sea considerado como "el más grave" desde mediados del siglo XX.
En 1944, el choque de dos trenes en un túnel cerca del pueblo de Torre del Bierzo causó la muerte de entre 78 y 500 personas (según datos no oficiales), aunque es difícil determinar el número exacto de las víctimas debido a la censura del régimen franquista.
"Pero el año 1944 es un tiempo difícil de la Segunda Guerra Mundial, cuando España tenía que recuperarse tras la Gran Depresión, una revolución y una guerra civil", recuerda el autor de la columna. En 2013, "un montón de planes en los que no se toma en consideración las posibilidades financieras del país" y la crisis económica, podrían haber creado las condiciones para esta nueva catástrofe.
El plan de una línea rápida que uniera Madrid con Galicia nació antes de la crisis de 2008, durante el 'boom' de la construcción de trenes de alta velocidad en España. Pero en los tiempos de austeridad financiera, el proyecto también sufrió recortes. Al final, la línea fue inaugurada, pero incluía tanto tramos nuevos como vías antiguas. Es decir, que el tren que va por el carril nuevo a una velocidad de 200 kilómetros por hora, tiene que frenar hasta unos 80 kilómetros por hora al acercarse al lugar donde se juntan los dos tipos de vías.
El accidente ocurrió precisamente en uno de esos lugares de conexión, a unos tres kilómetros de la ciudad de Santiago de Compostela.
Los recortes también afectaron al sistema automático de alarma y control de velocidad. Los trenes que circulan en ese trayecto están equipados con el mecanismo ASFA, diseñado en la década de 1970, en lugar del sistema europeo más moderno ETCS, instalado por ejemplo en la línea Madrid-Barcelona. Según algunos especialistas, el ASFA no funcionó adecuadamente, aunque otros datos apuntan a que el sistema sólo se activa a velocidades todavía más altas.
Todo esto, según Samorúkov, debería "hacer al Gobierno español más valiente" para "dejar de matar a los ciudadanos en ambiciosos proyectos" si el país no tiene fondos para su realización exitosa.
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