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Editores europeos: "La detención de Miranda es una amenaza a la libertad de prensa"
Los editores de varios periódicos europeos se han dirigido en una carta abierta al primer ministro británico, David Cameron, advirtiendo que la detención de la pareja de Glenn Greenwald amenaza con socavar la libertad de prensa en todo el mundo.
En la carta, publicada en el periódico británico 'The Observer', los editores del diario 'Politiken' de Dinamarca, 'Dagens Nyheter' de Suecia, 'Aftenposten' de Noruega y 'Helsingin Sanomat' de Finlandia calificaron de "acoso" la detención de David Miranda, pareja del periodista del 'The Guardian' Glenn Greenwald, quien fue el primero en publicar los documentos filtrados por Edward Snowden.
Los periodistas denunciaron que los "acontecimientos en el Reino Unido durante la semana pasada generan profunda preocupación" y pidieron al primer ministro británico "reinstalar su Gobierno entre los principales defensores de la libertad de prensa".
"Estamos sorprendidos por los recientes actos de los funcionarios de su Gobierno en contra de nuestros colegas de 'The Guardian' y profundamente preocupados por el hecho de que un defensor valiente de la democracia y el libre debate como el Reino Unido utilice la legislación antiterrorista para legalizar lo que es un acoso tanto al periódico como a los individuos asociados con él", manifestaron los editores.
Asimismo, expresaron que "es muy preocupante que la Policía ya ha anunciado una investigación criminal".
Los editores también advirtieron de que estos actos podrían "tener consecuencias mucho más allá de las fronteras del Reino Unido, socavando la posición de la prensa libre en todo el mundo".
El compañero de Greenwald, David Miranda, fue interrogado durante 9 horas en el aeropuerto londinense de Heathrow. Fue puesto en libertad sin que le fueran presentados cargos, pero las autoridades confiscaron sus equipos electrónicos incluyendo su teléfono móvil, un ordenador portátil, una cámara, tarjetas de memoria, un DVD y una consola de videojuegos.
El interrogatorio se llevó a cabo bajo el artículo 7 de la polémica Ley de Terrorismo del año 2000 que se aplica únicamente en los aeropuertos, puertos y zonas fronterizas y que permite a los oficiales detener, cachear e interrogar a las personas.
Posteriormente, la Policía británica lanzó una investigación criminal explicando que en el interrogatorio se incautó “material muy delicado, cuya revelación sería gravemente injuriosa para la seguridad pública”, según el abogado de la Policía Metropolitana de Londres, Jonathan Laidlaw, citado por Reuters.
Los periodistas denunciaron que los "acontecimientos en el Reino Unido durante la semana pasada generan profunda preocupación" y pidieron al primer ministro británico "reinstalar su Gobierno entre los principales defensores de la libertad de prensa".
"Estamos sorprendidos por los recientes actos de los funcionarios de su Gobierno en contra de nuestros colegas de 'The Guardian' y profundamente preocupados por el hecho de que un defensor valiente de la democracia y el libre debate como el Reino Unido utilice la legislación antiterrorista para legalizar lo que es un acoso tanto al periódico como a los individuos asociados con él", manifestaron los editores.
Asimismo, expresaron que "es muy preocupante que la Policía ya ha anunciado una investigación criminal".
Los acontecimientos en el Reino Unido durante la semana pasada generan profunda preocupación"Esperamos que esto no sea visto como un paso en contra de periodistas que hacen periodismo", añadieron.
Los editores también advirtieron de que estos actos podrían "tener consecuencias mucho más allá de las fronteras del Reino Unido, socavando la posición de la prensa libre en todo el mundo".
El compañero de Greenwald, David Miranda, fue interrogado durante 9 horas en el aeropuerto londinense de Heathrow. Fue puesto en libertad sin que le fueran presentados cargos, pero las autoridades confiscaron sus equipos electrónicos incluyendo su teléfono móvil, un ordenador portátil, una cámara, tarjetas de memoria, un DVD y una consola de videojuegos.
El interrogatorio se llevó a cabo bajo el artículo 7 de la polémica Ley de Terrorismo del año 2000 que se aplica únicamente en los aeropuertos, puertos y zonas fronterizas y que permite a los oficiales detener, cachear e interrogar a las personas.
Posteriormente, la Policía británica lanzó una investigación criminal explicando que en el interrogatorio se incautó “material muy delicado, cuya revelación sería gravemente injuriosa para la seguridad pública”, según el abogado de la Policía Metropolitana de Londres, Jonathan Laidlaw, citado por Reuters.
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