Actualidad
Japón acepta drones y asume parte de los gastos la retirada de EE.UU. de Okinawa
Japón sufragará parte –3.100 millones de dólares- de los gastos en la retirada parcial de las tropas estadounidenses de la isla de Okinawa.
Además en el país asiático se desplegarán varios aviones no tripulados estadounidenses. Los titulares de Defensa y Asuntos Exteriores de Japón y EE.UU. acordaron también este jueves revisar y desplegar un nuevo sistema de radar en suelo nipón, destinado a mejorar la detección de lanzamientos de misiles balísticos.
En una reunión celebrada en Tokio, los ministros de Exteriores y Defensa nipones (Fumio Kishida e Itsunori Onodera, respectivamente) y los secretarios de Estado y Defensa de EE.UU. (John Kerry y Chuck Hagel, respectivamente) aprobaron revisar las pautas de su alianza militar por primera vez en 16 años para adaptarla a los últimos cambios en el panorama de seguridad de la región.
Japón alberga a unos 50.000 soldados estadounidenses, principalmente desplegados en Okinawa. Su presencia en la isla ha sido una fuente de tensión con las autoridades locales, debido a los accidentes aéreos que se han producido y también a los delitos perpetrados por los soldados norteamericanos.
El año pasado los países acordaron un plan para desplazar a unos 9.000 infantes de Marina a Guam y a otras bases, una operación cuyo costo se estima en 8.600 millones de dólares.
Paralelamente a la retirada parcial de los militares, EE.UU. enviará varios drones Global Hawk, en la que será la primera vez que aviones no tripulados norteamericanos se desplieguen de manera permanente en Japón.
Aunque las islas de Senkaku, disputadas por Japón, China y Taiwán, no se mencionaron en los documentos firmados durante la reunión, el asunto dominó las declaraciones posteriores a la firma.
"Nos oponemos firmemente a cualquier acción unilateral o de coerción que busque socavar el control administrativo de Japón", dijo Hagel. Las parte también confirmaron la instalación de un sistema de radar de banda X en la base nipona de Kyogamisaki, situada en la costa del mar de Japón en la prefectura occidental de Kioto.
La elección del lugar responde a que si un misil lanzado por el régimen norcoreano tuviera como objetivo Guam o Hawai, dos puntos estratégicamente importantes para EE.UU., sobrevolaría esta región de Japón.
Este radar, capaz de rastrear con precisión la trayectoria de un misil balístico, permite a las fuerzas estadounidenses lanzar proyectiles desde tierra firme o desde el mar para interceptarlo.
En la declaración conjunta publicada tras la reunión, los cuatro ministros instan a China a adherirse a las "normas internacionales de comportamiento" y a mejorar "la apertura y transparencia" de la rápida modernización de su Ejército a través de una creciente inversión militar.
Por último, EE.UU. se comprometió a mejorar sus activos militares en Japón y por ello desplegará aquí en los próximos años dos escuadrones de aviones Osprey, un avión de patrulla marítima P-8, aviones no tripulados y cazas F-35.
En una reunión celebrada en Tokio, los ministros de Exteriores y Defensa nipones (Fumio Kishida e Itsunori Onodera, respectivamente) y los secretarios de Estado y Defensa de EE.UU. (John Kerry y Chuck Hagel, respectivamente) aprobaron revisar las pautas de su alianza militar por primera vez en 16 años para adaptarla a los últimos cambios en el panorama de seguridad de la región.
Nos oponemos firmemente a cualquier acción unilateral o de coerción que busque socavar el control administrativo de Japón
Japón alberga a unos 50.000 soldados estadounidenses, principalmente desplegados en Okinawa. Su presencia en la isla ha sido una fuente de tensión con las autoridades locales, debido a los accidentes aéreos que se han producido y también a los delitos perpetrados por los soldados norteamericanos.
El año pasado los países acordaron un plan para desplazar a unos 9.000 infantes de Marina a Guam y a otras bases, una operación cuyo costo se estima en 8.600 millones de dólares.
Paralelamente a la retirada parcial de los militares, EE.UU. enviará varios drones Global Hawk, en la que será la primera vez que aviones no tripulados norteamericanos se desplieguen de manera permanente en Japón.
Aunque las islas de Senkaku, disputadas por Japón, China y Taiwán, no se mencionaron en los documentos firmados durante la reunión, el asunto dominó las declaraciones posteriores a la firma.
"Nos oponemos firmemente a cualquier acción unilateral o de coerción que busque socavar el control administrativo de Japón", dijo Hagel. Las parte también confirmaron la instalación de un sistema de radar de banda X en la base nipona de Kyogamisaki, situada en la costa del mar de Japón en la prefectura occidental de Kioto.
La elección del lugar responde a que si un misil lanzado por el régimen norcoreano tuviera como objetivo Guam o Hawai, dos puntos estratégicamente importantes para EE.UU., sobrevolaría esta región de Japón.
Este radar, capaz de rastrear con precisión la trayectoria de un misil balístico, permite a las fuerzas estadounidenses lanzar proyectiles desde tierra firme o desde el mar para interceptarlo.
En la declaración conjunta publicada tras la reunión, los cuatro ministros instan a China a adherirse a las "normas internacionales de comportamiento" y a mejorar "la apertura y transparencia" de la rápida modernización de su Ejército a través de una creciente inversión militar.
Por último, EE.UU. se comprometió a mejorar sus activos militares en Japón y por ello desplegará aquí en los próximos años dos escuadrones de aviones Osprey, un avión de patrulla marítima P-8, aviones no tripulados y cazas F-35.
comentarios