Actualidad
Protestas en Kiev y revolución naranja: causas distintas, objetivos similares
Las protestas de Ucrania son las más sonadas desde la revolución naranja en 2004. Su centro neurálgico es el mismo y muchos manifestantes protestaron allí hace nueve años. Las causas de estas protestas son distintas, pero la meta es muy parecida.
La plaza la independencia (Maidán Nezalezhnosti en ucraniano) ya sirvió de base en anteriores protestas multitudinarias como la revolución naranja de 2004. Muchos de los que estuvieron allí entonces han vuelto de nuevo y los opositores afirman que hay un mismo sentir en el cambio de mentalidad.
"La revolución naranja era [Víktor] Yúschenko. Lo consideraban como el guía que iba a llevar a Ucrania hacia Europa. Se creía que una persona podría llevar de la mano a todo el pueblo. Hoy, sin embargo, no hay guía", explicó el diputado opositor Vladímir Shulgá.
La ausencia de un líder es un hecho en estas protestas. Actualmente, los rostros visibles de la oposición son los de Oleg Tyagnibok, Arseny Yatsenyuk y Vitali Klichkó. Quizá este último, campeón del mundo de boxeo, sea el que tenga más recorrido por delante para crecer políticamente, aunque por ahora ninguno de ellos ha alcanzado una popularidad considerable.
En ese sentido, el Gobierno ucraniano advierte que hay quienes están intentando sacar partido del descontento reinante.
"Estamos junto a los manifestantes honestos que han salido a las plazas. ¡Que se olviden de los politicuchos! Ellos sólo aspiran al poder. Tratan de repetir el escenario de 2004", señaló el primer ministro, Nikolái Azárov.
En la revolución naranja hubo más manifestantes a diario, mientras que esta vez se han congregado principalmente los fines de semana. Los motivos, eso sí, son diferentes.
Según Mañueco, las reivindicaciones resultan más difusas en la actualidad. "Unos hablan de firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea. Otros hablan de la dimisión del Gobierno, la dimisión del presidente, la repetición de elecciones presidenciales y también se habla de la puesta en libertad de [Yulia] Timoshenko.
Sin embargo, los objetivos son similares. En aquel entonces, Yúschenko prometía acercase a la Unión Europea, cortar de raíz la corrupción y mejorar su economía.
"La revolución fue exitosa, pero tras la toma de poder no funcionó", explicó uno de los manifestantes.
Seis años más tarde, las urnas dictaban sentencia. El actual presidente, Víktor Yanukóvich, ganaba las elecciones de 2010. Una victoria que muchos entendieron como el entierro de la revolución naranja.
Ya han pasado tres semanas desde el inicio de las manifestaciones en Kiev y por ahora, ha habido pocos o ningún cambio sustancial. Un hecho que dista mucho de lo que ocurrió en la llamada revolución naranja, que en poco más de dos semanas vio la luz al final del túnel.
Hoy, sin embargo, no hay guía
"La revolución naranja era [Víktor] Yúschenko. Lo consideraban como el guía que iba a llevar a Ucrania hacia Europa. Se creía que una persona podría llevar de la mano a todo el pueblo. Hoy, sin embargo, no hay guía", explicó el diputado opositor Vladímir Shulgá.
La ausencia de un líder es un hecho en estas protestas. Actualmente, los rostros visibles de la oposición son los de Oleg Tyagnibok, Arseny Yatsenyuk y Vitali Klichkó. Quizá este último, campeón del mundo de boxeo, sea el que tenga más recorrido por delante para crecer políticamente, aunque por ahora ninguno de ellos ha alcanzado una popularidad considerable.
En ese sentido, el Gobierno ucraniano advierte que hay quienes están intentando sacar partido del descontento reinante.
"Estamos junto a los manifestantes honestos que han salido a las plazas. ¡Que se olviden de los politicuchos! Ellos sólo aspiran al poder. Tratan de repetir el escenario de 2004", señaló el primer ministro, Nikolái Azárov.
En la revolución naranja hubo más manifestantes a diario, mientras que esta vez se han congregado principalmente los fines de semana. Los motivos, eso sí, son diferentes.
En 2004 la reivindicación era más clara. Se habían manipulado las elecciones y era más sencillo resolverlo con unos nuevos comicios"En 2004 la reivindicación era más clara. Se habían manipulado las elecciones y era más sencillo resolverlo con unos nuevos comicios", dijo a RT Rafael Mañueco, corresponsal del grupo de comunicación multimedia Vocento .
Según Mañueco, las reivindicaciones resultan más difusas en la actualidad. "Unos hablan de firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea. Otros hablan de la dimisión del Gobierno, la dimisión del presidente, la repetición de elecciones presidenciales y también se habla de la puesta en libertad de [Yulia] Timoshenko.
Sin embargo, los objetivos son similares. En aquel entonces, Yúschenko prometía acercase a la Unión Europea, cortar de raíz la corrupción y mejorar su economía.
"La revolución fue exitosa, pero tras la toma de poder no funcionó", explicó uno de los manifestantes.
Seis años más tarde, las urnas dictaban sentencia. El actual presidente, Víktor Yanukóvich, ganaba las elecciones de 2010. Una victoria que muchos entendieron como el entierro de la revolución naranja.
Ya han pasado tres semanas desde el inicio de las manifestaciones en Kiev y por ahora, ha habido pocos o ningún cambio sustancial. Un hecho que dista mucho de lo que ocurrió en la llamada revolución naranja, que en poco más de dos semanas vio la luz al final del túnel.
comentarios