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Informe: EE.UU. pudo atacar Siria basándose en "datos falsos" del servicio de inteligencia
Un nuevo estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts sobre el ataque químico del 21 agosto en Guta cuestiona la versión de la inteligencia de EE.UU., demostrando que los proyectiles solo podrían haber sido lanzados desde zonas de los rebeldes.
En el informe titulado 'Posibles consecuencias de la defectuosa inteligencia técnica de EE.UU., Richard Lloyd, exinspector de armas de la ONU, y Theodore Postol, profesor del MIT, afirman, basándose en los datos de aerodinámica, diseño y posible trayectoria de un cohete improvisado de este tipo, que su alcance no podría superar los 2 kilómetros.
De esta forma, indican los autores, teniendo en cuenta la disposición de las tropas gubernamentales y de los rebeldes en el momento del ataque, reflejados en el mapa publicado por la Casa Blanca el 30 de agosto, todos los posibles puntos de lanzamiento dentro del radio de 2 kilómetros se encontraban en zonas controladas por la oposición armada.
"Este error de la inteligencia podría haber provocado una injustificada acción militar de EE.UU. basada en datos falsos", se subraya en el informe, en el que se precisa que "una investigación adecuada del hecho de que el cohete era de corto alcance", habría supuesto "a evaluación completamente diferente de la situación".
Asimismo, los autores recalcan que las conclusiones independientes de la ONU sobre el tipo y el alcance de los cohetes, "se corresponden exactamente" con los datos presentados en su informe.
"La versión de la Administración no estaba siquiera cerca de la realidad. Las conclusiones de nuestro servicio de inteligencia no pueden ser correctos", indica Postol, agregando que "definitivamente" los rebeldes sirios tenían la capacidad de fabricar este tipo de armas, lo que hace más probable la implicación del Gobierno sirio en el incidente.
La versión de la Administración ni siquiera estaba cerca de la realidad
De esta forma, indican los autores, teniendo en cuenta la disposición de las tropas gubernamentales y de los rebeldes en el momento del ataque, reflejados en el mapa publicado por la Casa Blanca el 30 de agosto, todos los posibles puntos de lanzamiento dentro del radio de 2 kilómetros se encontraban en zonas controladas por la oposición armada.
"Este error de la inteligencia podría haber provocado una injustificada acción militar de EE.UU. basada en datos falsos", se subraya en el informe, en el que se precisa que "una investigación adecuada del hecho de que el cohete era de corto alcance", habría supuesto "a evaluación completamente diferente de la situación".
Asimismo, los autores recalcan que las conclusiones independientes de la ONU sobre el tipo y el alcance de los cohetes, "se corresponden exactamente" con los datos presentados en su informe.
"La versión de la Administración no estaba siquiera cerca de la realidad. Las conclusiones de nuestro servicio de inteligencia no pueden ser correctos", indica Postol, agregando que "definitivamente" los rebeldes sirios tenían la capacidad de fabricar este tipo de armas, lo que hace más probable la implicación del Gobierno sirio en el incidente.
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