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WikiLeaks filtra un nuevo informe que afecta a 50 países
WikiLeaks ha publicado el borrador de un informe secreto Anexo sobre Servicios Financieros del Acuerdo de Comercio de Servicios (TISA, por sus siglas en inglés), que afecta a 50 países y un 68,2% del comercio de servicios mundial.
EE.UU. y la UE son los principales impulsores del acuerdo y los autores de la mayoría de los cambios. En una maniobra significativa para impedir la transparencia, el proyecto ha sido clasificado para mantenerlo en secreto no solo durante las negociaciones, sino durante cinco años después de la entrada en vigor de TISA, explica el portal en su página web.
WikiLeaks explica que a pesar de los fallos evidentes en la regulación financiera durante la crisis financiera global en los años 2007 y 2008, y las llamadas a mejorar estructuras reguladoras pertinentes, los defensores de TISA pretenden desregular aún más los mercados de servicios financieros globales.
Estos gobiernos estaban celebrando estas conversaciones fuera de los límites formales de la Organización Mundial del Comercio (OMC) con los ojos puestos en TISA. Se llamaban a sí mismos "realmente buenos amigos de los servicios" y su objetivo es convertir TISA en la nueva plataforma de servicios financieros. El informe destapa los deseos de EE.UU. de establecer nuevas reglas de negociación en TISA, obtener suficientes países que lo firmen para luego poder incorporarse a la OMC, y luego tener las mismas normas que se adoptan para las negociaciones en la OMC.
WikiLeaks explica que no está claro cómo debería suceder esto: bien dos terceras o tres cuartas partes de los miembros tendrían que estar de acuerdo para aceptar TISA bajo el paraguas de la OMC o bien bajo un acuerdo plurilateral. Países como Brasil y la India han sido muy críticos con TISA, y EE.UU. no ha permitido a China unirse.
El mayor peligro es que TISA impedirá a los gobiernos imponer normas rigurosas relacionadas con el sector financiero. Además, buscan no permitir que los gobiernos puedan solicitar datos para procesarlos y almacenarlos localmente, sino en las nubes, y la mayoría de empresas que usan esta tecnología se ubican en EE.UU.
Empresas estadounidenses también dominan el sector de la información y las comunicaciones en general. El derecho a guardar datos extranjeros es especialmente importante para el sector financiero, explica WikiLeaks, porque las finanzas son datos. Las industrias de seguros y tarjetas de crédito de Estados Unidos han sido las que más protestaron en contra de las solicitudes de "localización" de datos.
La propuesta de EE.UU. es mucho más directa, pues quiere que cada proveedor de servicios financieros de TISA tenga derecho a transferir información en forma electrónica o de cualquier otra manera hacia y desde el territorio de otro miembro de TISA para el procesamiento de datos. El portal reitera que en tales condiciones no se puede hablar de "ninguna pretensión de derecho para el Estado para proteger la privacidad y los datos personales".
El borrador del Anexo sobre Servicios Financieros pone de relieve las normas que podrían contribuir a la expansión de las multinacionales financieras —con sedes ubicadas, sobre todo, en Nueva York, Londres, París y Frankfurt— a otras naciones mediante la prevención de las barreras regulatorias.
EE.UU. aspira a que toda la regulación financiera se administre en una "manera razonable, objetiva e imparcial". Pero, explica el portal, son criterios "altamente subjetivos y proporcionan un terreno fértil para la competición y si es necesario una disputa".
La presión sobre los reglamentos, que se realiza a través de argumentos y estudios y exigiendo explicaciones, se ve reforzada por las solicitudes de consulta con correspondientes estados patronos y, si es necesario, advertencias de una disputa. "El objetivo claro es 'calmar' o sofocar al regulador", sostiene.
La supresión de los documentos de referencia también crea problemas legales. La Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados reconoce que son una herramienta esencial para la interpretación de los textos legales. Su no divulgación, explica el portal, hace que sea imposible para políticos, reguladores, organismos de supervisión no gubernamentales, partidos políticos de la oposición, empresas de servicios financieros, académicos y otros comentaristas entender el significado o aplicar el texto con confianza.
El analista Joaquín Arriola cree que las grandes potencias negocian en secreto para que otras naciones limiten su propio control sobre el sector financiero. "Esta propuesta que incorpora a una parte de los países del G20 y a otros socios preferenciales de EE.UU. en América Latina, y no a todos los miembros de G20, no promueve una regulación del sistema financiero internacional, sino todo lo contrario", sostiene. Según el, el pacto busca que “los gobiernos accedan a reducir su capacitad de controlar las actuaciones de las instituciones financieras privadas en sus propios mercados". En realidad, "están negociando para que los países decidan autolimitar su capacidad de regular las finanzas internacionales", concluye.
WikiLeaks explica que a pesar de los fallos evidentes en la regulación financiera durante la crisis financiera global en los años 2007 y 2008, y las llamadas a mejorar estructuras reguladoras pertinentes, los defensores de TISA pretenden desregular aún más los mercados de servicios financieros globales.
Estos gobiernos estaban celebrando estas conversaciones fuera de los límites formales de la Organización Mundial del Comercio (OMC) con los ojos puestos en TISA. Se llamaban a sí mismos "realmente buenos amigos de los servicios" y su objetivo es convertir TISA en la nueva plataforma de servicios financieros. El informe destapa los deseos de EE.UU. de establecer nuevas reglas de negociación en TISA, obtener suficientes países que lo firmen para luego poder incorporarse a la OMC, y luego tener las mismas normas que se adoptan para las negociaciones en la OMC.
WikiLeaks explica que no está claro cómo debería suceder esto: bien dos terceras o tres cuartas partes de los miembros tendrían que estar de acuerdo para aceptar TISA bajo el paraguas de la OMC o bien bajo un acuerdo plurilateral. Países como Brasil y la India han sido muy críticos con TISA, y EE.UU. no ha permitido a China unirse.
EE.UU., a la cabeza del manejo de datos
El mayor peligro es que TISA impedirá a los gobiernos imponer normas rigurosas relacionadas con el sector financiero. Además, buscan no permitir que los gobiernos puedan solicitar datos para procesarlos y almacenarlos localmente, sino en las nubes, y la mayoría de empresas que usan esta tecnología se ubican en EE.UU.
Empresas estadounidenses también dominan el sector de la información y las comunicaciones en general. El derecho a guardar datos extranjeros es especialmente importante para el sector financiero, explica WikiLeaks, porque las finanzas son datos. Las industrias de seguros y tarjetas de crédito de Estados Unidos han sido las que más protestaron en contra de las solicitudes de "localización" de datos.
La propuesta de EE.UU. es mucho más directa, pues quiere que cada proveedor de servicios financieros de TISA tenga derecho a transferir información en forma electrónica o de cualquier otra manera hacia y desde el territorio de otro miembro de TISA para el procesamiento de datos. El portal reitera que en tales condiciones no se puede hablar de "ninguna pretensión de derecho para el Estado para proteger la privacidad y los datos personales".
Expansión de las multinacionales financieras
El borrador del Anexo sobre Servicios Financieros pone de relieve las normas que podrían contribuir a la expansión de las multinacionales financieras —con sedes ubicadas, sobre todo, en Nueva York, Londres, París y Frankfurt— a otras naciones mediante la prevención de las barreras regulatorias.
Regulación financiera, ¿objetiva e imparcial?
EE.UU. aspira a que toda la regulación financiera se administre en una "manera razonable, objetiva e imparcial". Pero, explica el portal, son criterios "altamente subjetivos y proporcionan un terreno fértil para la competición y si es necesario una disputa".
La presión sobre los reglamentos, que se realiza a través de argumentos y estudios y exigiendo explicaciones, se ve reforzada por las solicitudes de consulta con correspondientes estados patronos y, si es necesario, advertencias de una disputa. "El objetivo claro es 'calmar' o sofocar al regulador", sostiene.
Secretismo antidemocrático
El secretismo durante la negociación sobre un tratado comercial de carácter vinculante y ejecutable es "objetable y antidemocrático, y provoca decisiones mal informadas y sesgadas", sostiene WikiLeaks. De hecho, este secretismo tiene como objetivo prevenir que los gobiernos sean responsables ante sus parlamentos y ciudadanos.La supresión de los documentos de referencia también crea problemas legales. La Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados reconoce que son una herramienta esencial para la interpretación de los textos legales. Su no divulgación, explica el portal, hace que sea imposible para políticos, reguladores, organismos de supervisión no gubernamentales, partidos políticos de la oposición, empresas de servicios financieros, académicos y otros comentaristas entender el significado o aplicar el texto con confianza.
El analista Joaquín Arriola cree que las grandes potencias negocian en secreto para que otras naciones limiten su propio control sobre el sector financiero. "Esta propuesta que incorpora a una parte de los países del G20 y a otros socios preferenciales de EE.UU. en América Latina, y no a todos los miembros de G20, no promueve una regulación del sistema financiero internacional, sino todo lo contrario", sostiene. Según el, el pacto busca que “los gobiernos accedan a reducir su capacitad de controlar las actuaciones de las instituciones financieras privadas en sus propios mercados". En realidad, "están negociando para que los países decidan autolimitar su capacidad de regular las finanzas internacionales", concluye.
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