Nuevo presidente colombiano pretende vencer al narco
En Colombia, el candidato del oficialista Partido de la Unidad Nacional, Juan Manuel Santos, se impuso con el 69 por ciento de los votos en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales realizadas este domingo. El ex ministro de defensa, obtuvo más de 40 puntos de ventaja sobre su rival, el candidato del Partido Verde, Antanas Mockus, en una jornada marcada por un elevado abstencionismo y por la muerte de diez miembros de la Fuerza Pública y seis guerrilleros.
El ahora presidente electo tomará posesión del cargo el próximo 7 de agosto de manos del presidente en funciones Álvaro Uribe, quien se despedirá de la presidencia tras ocho años en el poder. Santos asumirá el desafío de combatir la pobreza, reducir el desempleo y modificar el sistema sanitario, entre otras necesidades del país.
Además, tendrá que enfrentar a una guerrilla con fuerte presencia en las zonas selváticas y montañosas, misma que se ha convertido en el centro de producción y tráfico de cocaína, su principal fuente de financiamiento. Durante la campaña electoral, Santos prometió continuar luchando contra los narcotraficantes hasta eliminar totalmente las drogas en el país. Para cumplir con su meta destacó la necesidad de mejorar los lazos con Estados Unidos, su mejor aliado en la lucha contra el narcotráfico y la violencia armada.
Inicialmente, la cooperación estratégica del Plan Colombia contemplaba el compromiso de ambos países contra el problema de las drogas y para eso Estados Unidos ha invertido en Colombia cerca de 6,000 millones de dólares desde 1996.
Sin embargo, por el momento esta relación es algo difícil de aceptar para otros países de la región. Incluso hay quienes aseguran que la cooperación estadounidense va más allá de la lucha contra las drogas.
Pero para los integrantes de la fuerza antinarcóticos, esta relación multinacional ha sido provechosa. Según el gobierno colombiano, con el apoyo extranjero se fumigaron en el país más de 700,000 hectáreas y se erradicaron manualmente alrededor de 95,000. Además, fueron destruidos más de 9,000 laboratorios para la producción de alcaloides; se decomisaron decenas de aeronaves, miles de automotores y embarcaciones y alrededor de 1,000 toneladas de cocaína. Los expertos afirman que el Plan Colombia logró contener la producción de drogas en las zonas de cultivos, pero no obtuvo resultados contundentes, pues con la disminución de las áreas de cultivos aumentó la productividad de los traficantes.
Para frenar la producción y comercialización de drogas, los funcionarios colombianos prueban otras tácticas de lucha. En la localidad montañosa de Pijaos fue creada la Escuela Nacional de Operaciones, que funciona como un centro de capacitación y experimentación, cuyo objetivo es copiar los métodos de los narcotraficantes clandestinos para poder luchar contra ellos. El nuevo mandatario además planea crear un centro de coordinación para la lucha contra las bandas organizadas, pandillas y narcotraficantes.