Actualidad
Japón y China, ante una 'guerra' de estrategia
Mientras Japón reinterpreta su 'Constitución de la Paz' para poder combatir en el extranjero, incluso si el país no es atacado, Pekín se pregunta si Tokio no se está apartando del pacifismo que ha promovido desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Este martes el Gabinete del primer ministro nipón, Shinzo Abe, aprobó una resolución que permite reinterpretar la constitución por primera vez en casi 70 años, de tal forma que el país pueda emprender acciones militares en el extranjero. Con esta estrategia sobre la mesa, desde Pekín se oponen a cualquier movimiento que dé a Tokio más libertad para hacer uso de su fuerza militar.
El portavoz del Ministerio chino de Exteriores, Hong Lei, expresó la preocupación de su país y recordó que en los últimos meses Tokio "suscita problemas en cuestiones históricas". El pueblo [japonés] no puede sino preguntarse si Japón se aparta de la senda del desarrollo pacífico que ha estado promoviendo desde el final de la Segunda Guerra Mundial", declaró el portavoz, advirtiendo que Tokio "no debe socavar la soberanía de China".
Lei señaló además que "existen fuertes objeciones en Japón" contra esta iniciativa, por lo que —a su juicio— "es la población de Japón la que debería tener la última palabra" sobre el futuro de su país.
Paralelamente, medios de comunicación chinos advierten que las tácticas de Abe plantean una gran amenaza no solo para la seguridad regional, sino también para el constitucionalismo y el Estado de derecho de Japón. En ese sentido, la prensa china considera que Abe no es solo el enemigo de China, sino un enemigo del propio Japón. Según varios analistas políticos y de seguridad citados por Xinhua, el primer ministro nipón se vale del alarmismo para engañar a la opinión pública a fin de que acepten sus drásticos cambios en las fuerzas de defensa de Japón.
"China parece cada vez más dispuesta a ofrecer un tratamiento especial hacia cualquiera que se oponga a Shinzo Abe, es decir, los pacifistas y constitucionalistas [japoneses] que se oponen a la reinterpretación [de la Constitución]", sostiene 'The Diplomat'. En ese sentido, el diario considera que, aunque encuestas recientes demuestran que más del 90% de los japoneses tiene una impresión negativa de China, esto no detendrá a Pekín a la hora de reprobar las medidas de Abe ante la población japonesa.
El portavoz del Ministerio chino de Exteriores, Hong Lei, expresó la preocupación de su país y recordó que en los últimos meses Tokio "suscita problemas en cuestiones históricas". El pueblo [japonés] no puede sino preguntarse si Japón se aparta de la senda del desarrollo pacífico que ha estado promoviendo desde el final de la Segunda Guerra Mundial", declaró el portavoz, advirtiendo que Tokio "no debe socavar la soberanía de China".
Lei señaló además que "existen fuertes objeciones en Japón" contra esta iniciativa, por lo que —a su juicio— "es la población de Japón la que debería tener la última palabra" sobre el futuro de su país.
Reacción de la prensa china
Un análisis de la agencia de noticias china Xinhua considera esta reinterpretación como "una traición flagrante del pacifismo consagrado en la Constitución de Japón" y advierte que la opinión pública japonesa está alarmada, ya que Abe parece inclinarse "por hacer oídos sordos a las voces de la gente". El artículo hace un llamamiento al pueblo japonés y la comunidad internacional para evitar que Abe "ensucie aún más los valores nacionales de Japón".Paralelamente, medios de comunicación chinos advierten que las tácticas de Abe plantean una gran amenaza no solo para la seguridad regional, sino también para el constitucionalismo y el Estado de derecho de Japón. En ese sentido, la prensa china considera que Abe no es solo el enemigo de China, sino un enemigo del propio Japón. Según varios analistas políticos y de seguridad citados por Xinhua, el primer ministro nipón se vale del alarmismo para engañar a la opinión pública a fin de que acepten sus drásticos cambios en las fuerzas de defensa de Japón.
China y Japón, entre opositores y partidarios
La revista 'The Diplomat' considera que aunque China muestra una feroz oposición ante las políticas de Abe, acusándolo de crear problemas en la región, Pekín sigue demostrando voluntad para trabajar con los políticos japoneses y las empresas niponas que muestran una postura amigable."China parece cada vez más dispuesta a ofrecer un tratamiento especial hacia cualquiera que se oponga a Shinzo Abe, es decir, los pacifistas y constitucionalistas [japoneses] que se oponen a la reinterpretación [de la Constitución]", sostiene 'The Diplomat'. En ese sentido, el diario considera que, aunque encuestas recientes demuestran que más del 90% de los japoneses tiene una impresión negativa de China, esto no detendrá a Pekín a la hora de reprobar las medidas de Abe ante la población japonesa.
comentarios