El Vaticano protesta por la profanación de tumbas de la policía belga
El Vaticano protesta contra la profanación de las tumbas de dos cardenales belgas (Josef-Ernest Van Roey y Léon-Joseph Suenes,) por parte de la policía de Bruselas.
Un grupo de policías usó martillos neumáticos el jueves para realizar una revisión de la cripta de la catedral de Saint Rombout en Malinas a la espera de descubrir allí algunas confirmaciones de pedofilia clerical. Entraron también en la vivienda personal de un cardenal donde pretendían buscar documentos que corroborasen una denuncia de abuso sexual a menores por parte de miembros de la Iglesia Católica. Sin embargo no encontraron nada.
El arzobispo Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados del Vaticano, invitó al embajador belga ante la Santa Sede, Charles Ghislain, para expresarle su protesta personalmente.
En una nota oficial de la Secretaría del Vaticano, La Santa Sede expresó su malestar e indignación por la forma en que fue hecha la redada, por las acciones de los representantes de la policía de Bélgica que violaron la intimidad de dos cardenales en sus tumbas "provocando un vivo estupor".
En el mensaje de la Secretaría del Vaticano se subraya la "necesidad de reparar y de afrontar tales actos conforme a las exigencias de la Justicia y a los enseñantes del Evangelio".
A finales de abril el arzobispo de la ciudad belga de Brujas presentó su dimisión tras haber reconocido el abuso de un menor. Después empezaron las quejas por parte de las víctimas de sacerdotes en el país. En mayo los obispos belgas pidieron perdón por sus acciones al público.
En 2009 estalló un sonoro escándalo vinculado con múltiples casos de pedofilia por parte de los sacerdotes de la jerarquía católica de Dublín. Lo siguieron nuevas revelaciones de este tipo en EE.UU. y otros países de Europa y América Latina que provocaron un escándalo a escala mundial. Como resultado la Santa Sede y el Papá Benedicto XVI personalmente se convirtieron muchas veces en objetos de critíca de los medios mundiales. A principios de junio el Pontífice pidió perdón por los abusos a menores cometidos por parte de algunos sacerdotes católicos.