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Ucrania: Refugiados buscan nueva patria tras huir de los combates
La situación humanitaria en el este de Ucrania es cada vez es más crítica. Según las últimas cifras oficiales, desde el inicio del conflicto 250.000 personas han huido a Rusia buscando escapar de la violencia.
La tensión en el este de Ucrania no deja de aumentar entre el Ejército de Kiev y las grupos de autodefensas. Los enfrentamientos se libran prácticamentea a escasos metros de la frontera con Rusia. Así pues, cientos de ucranianos han cruzado la línea fronteriza para huir del conflicto y llegar hasta el campamento de refugiados más cercano, en la localidad rusa de Gúkovo.
El paso de la frontera está cerrado a los vehículos y la única manera de cruzarla es a pie. Uno de los refugiados cuenta a RT que, aún a riesgo de perder la vida en el camino, dejó todo lo que tenía para buscar una nueva vida en Rusia.
En Gúkovo, el ministerio de emergencias ruso ha habilitado servicios médicos y zonas de recreo para los niños, y facilita a quienes llegan agua y comida. "Hemos perdido todo. He perdido mi trabajo, he perdido mi pensión, mi casa y también a mis hijos porque huyeron desde otras ciudades y no están aquí", añade la mujer de Nikolái.
El campamento de Gúkovo, a escasos metros de la frontera ruso-ucraniana, tiene capacidad para 500 refugiados. Desde que inicio a operar, hace mes y medio, ha estado lleno. Aquí viven 150 niños. Todos saben cuándo llegaron, pero ninguno sabe cuándo se irá.
Evdokía Trífonova, una refugiada de 86 años, contó a RT que nunca pensó que tras la Segunda Guerra Mundial vería otro conflicto. Dice que a estas alturas le cuesta trabajo encontrar motivos para seguir viviendo.
"Había bombardeos por la mañana y por la noche. Un avión tras otro. Luego uno más. ¡Boom, boom! Y también escuchaba disparos. (…) Tengo 86 años y no tengo familia. Nadie me necesita. A veces me pregunto qué hago aquí. Para qué huir…”, dice la mujer mayor.
Para los refugiados la guerra en Ucrania es un camino sin retorno. Y a la pregunta de si quieren volver a su tierra, la respuesta no está en duda: "Allí no volvemos. Nos queremos quedar en Rusia", contestan los refugiados por unanimidad.
El paso de la frontera está cerrado a los vehículos y la única manera de cruzarla es a pie. Uno de los refugiados cuenta a RT que, aún a riesgo de perder la vida en el camino, dejó todo lo que tenía para buscar una nueva vida en Rusia.
Allí no volvemos. Nos queremos quedar en Rusia"Las bombas caen a escasos metros de ti y parece que te están tirando encima una montaña de cemento. (…) Un día mi mujer me dijo: Deja todo y vámonos; si no lo hacemos, estamos muertos", recuerda Nikolái escondiendo sus lágrimas en la voz. Dice que, con solo una maleta llena de ropa en las manos, encontró refugio en el campamento junto a su mujer.
En Gúkovo, el ministerio de emergencias ruso ha habilitado servicios médicos y zonas de recreo para los niños, y facilita a quienes llegan agua y comida. "Hemos perdido todo. He perdido mi trabajo, he perdido mi pensión, mi casa y también a mis hijos porque huyeron desde otras ciudades y no están aquí", añade la mujer de Nikolái.
El campamento de Gúkovo, a escasos metros de la frontera ruso-ucraniana, tiene capacidad para 500 refugiados. Desde que inicio a operar, hace mes y medio, ha estado lleno. Aquí viven 150 niños. Todos saben cuándo llegaron, pero ninguno sabe cuándo se irá.
Evdokía Trífonova, una refugiada de 86 años, contó a RT que nunca pensó que tras la Segunda Guerra Mundial vería otro conflicto. Dice que a estas alturas le cuesta trabajo encontrar motivos para seguir viviendo.
Un día mi mujer me dijo: "Deja todo y vámonos; si no lo hacemos, estamos muertos
"Había bombardeos por la mañana y por la noche. Un avión tras otro. Luego uno más. ¡Boom, boom! Y también escuchaba disparos. (…) Tengo 86 años y no tengo familia. Nadie me necesita. A veces me pregunto qué hago aquí. Para qué huir…”, dice la mujer mayor.
Para los refugiados la guerra en Ucrania es un camino sin retorno. Y a la pregunta de si quieren volver a su tierra, la respuesta no está en duda: "Allí no volvemos. Nos queremos quedar en Rusia", contestan los refugiados por unanimidad.
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