El burro volador ya no corre peligro
El burro (hembra) que un grupo de empresarios rusos puso a volar en parapente sobre el mar con el objetivo de promover el turismo, está vivo y en buen estado de salud, informó la policía de la Región de Krasnodar (zona del Mar Negro) que finalmente logró encontrar al animal junto a su dueño, un residente local. Todavía se desconoce si se abrirá un proceso judicial contra el dueño del animal dado que el “paracaidista” se siente bien y el vuelo no le hizo daño alguno.
La policía que logró encontrar al empresario le hizo una sola pregunta: “¿Por qué?”. “No sé”, fue la respuesta.
La policía local está realizando una investigación por maltrato animal de acuerdo con las correspondientes estipulaciones del Código Penal. Es un caso muy raro para Rusia, donde habitualmente las policías no hacen caso a las humillaciones de animales por preferir investigar delitos más graves. Sin embargo, está vez el animal se hizo famoso a través de los medios de comunicación más importantes del planeta.
El vuelo, contando el tiempo para el lanzamiento, el mismo vuelo, la caída al mar y la operación de salvamento, tardó una hora. A ninguno de los vacacionistas se le ocurrió llamar a la policía. Muchos utilizaron sus móviles para otro fin, sacar fotos y grabar videos y llamaron a las editoriales de la región para informar de la locura que ocurría en el cielo.
La policía fue la última que se enteró de este hecho indignante después de que el video con el burro “volador” fuera subido a Youtube. Mientras tanto, el centro ruso de defensa de los derechos de los animales VITA y El Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat, o IFAW (por sus siglas en inglés), entablaron una demanda en la Fiscalía General del país.
Según la legislación vigente del Estado, los organizadores de este cruel evento podrían ser condenados a 2 años de cárcel por maltrato animal. “Es sadismo puro”, comentó a un periódico local la representante de IFAW. “Como soy la experta en el grupo de la Duma Estatal que elabora la nueva legislación que regula las relaciones entre hombres y animales, tomo esta situación bajo mi propio control. Es un hecho escandaloso”, señaló.
Sus colegas de VITA apoyan el punto de vista de IFAW. “Es una crueldad que se adjunta a la larga lista de hechos parecidos. Es otra 'llamada' a los legisladores rusos a la ausencia de derechos animales en la sociedad rusa”, subrayó la presidenta de VITA, Irina Novozhílova. Las medidas tomadas por los defensores de los animales aumentan la posibilidad de que el caso del burro volador no acabe con la simple comprobación de los hechos. En Rusia, donde el animal no está protegido por la ley, el caso podría servir para despertar la conciencia de los habitantes del país y de sus funcionarios.