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El cataclismo climático ruso se convierte para algunos en un filón

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En Rusia, que padece un calor sofocante y el azote de los incendios, hay gente que se aprovecha de esta situación para hacerse rica. En las calles se venden mascarillas que protegen del humo diez veces más caras que lo que cuestan en las farmacias. Lo que los moscovitas necesitan más este verano:
El cataclismo climático ruso se convierte para algunos en un filón

En Rusia, que padece un calor sofocante y el azote de los incendios, hay gente que se aprovecha de esta situación para hacerse rica. En las calles se venden mascarillas que protegen del humo diez veces más caras que lo que cuestan en las farmacias. Lo que los moscovitas necesitan más este verano: los ventiladores y aires acondicionados han sido agotados en las tiendas.

Muchos ciudadanos siempre estaban en contra de instalar un sistema de enfriamiento del aire en su casa, ya que no lo veían necesario dado el clima ruso, pero las temperaturas récord de calor de este año han acabado con todos los mitos.
 
“Cuando ya estaba harto del calor, empecé a llamar a las compañías que venden los sistemas del aire acondicionado, me decían que en el mejor de los casos lo recibiría en septiembre”, cuenta Iván Sótnikov. “Si aceptaban instalarlo al día siguiente, el precio era demasiado exagerado, como mil dólares sólo por el factor de urgencia”.

Sin embargo, la demanda supera a la oferta que hay en el mercado. La gente, cansada del bochorno, está dispuesta a dar lo que sea por un poquito de frío. Los precios subían más rápido que  el mercurio en el termómetro.

Las ventas de estas instalaciones han subido un 70 por ciento, sobre todo, las que son a crédito. Mucha gente no puede permitirse comprar un aire acondicionado de una vez, ya que son bastante caros. Los ventiladores se venden en un instante, unas setenta piezas en unos quince minutos.

Las temperaturas alcanzaban casi unos cuarenta grados y la estancia en la capital rusa se ha vuelto insoportable. Este verano cambió el modo de vida de los habitantes de Moscú. Los moscovitas  desean encontrar un remedio definitivo contra el calor y el humo. La crítica situación se ha convertido en tragedia para unos y en un filón para otros.

Para salvarse de la intoxicación por el gas carbónico, los capitalinos se vieron obligados a salir a la calle con las mascarillas. Este accesorio de primera necesidad en estos días se ha convertido en el objeto de especulaciones. Algunos hasta daban en Internet sus consejos prácticos para hacerse millonario, comprar una mascarilla por un dólar en la farmacia y venderlo por cinco o hasta diez en algún lugar público.

Pero no todos vieron la situación desde el punto de vista de su propio interés. Las compañías telefónicas dejaron aparte su dura competencia y unieron sus esfuerzos para ayudar a la gente, situada en las áreas afectadas por los incendios.

“El abonado que se encuentra en la región que está en la situación de emergencia, en el caso de que no tenga cobertura, puede registrase gratis en la red de otra compañía”, explica Ana Aybásheva, secretaria de Prensa de una compañía telefónica. “Teniendo en cuenta el estado crítico en algunas provincias de Rusia central, los precios han bajado”.

La situación sigue siendo crítica en varias regiones de Rusia y el calor fuerte está agobiando a los rusos. Los incendios forestales son muy difíciles de apagar, a pesar de los importantes esfuerzos que se producen. Así en los próximos días el bienestar de la gente va a depender de la dirección del viento y por supuesto de la solidaridad de la gente.

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