Vías de salida del pleito con Managua se negocian en San José

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, emprende el 5 de noviembre un viaje a Costa Rica para negociar con la presidenta del país, Laura Chinchilla, una solución mutuamente aceptable para su litigio territorial con Nicaragua sobre la isla Calero.

Aunque el Gobierno nicaragüense insistió en que este organismo internacional no tenía competencia para resolver problemas fronterizos, aprobó la gira en su intención de tender puentes y facilitar la comunicación entre ambos lados del pleito en momentos en que las relaciones entre ambas naciones están debilitadas. Conforme a Managua, después de que Insulza concluya sus visitas a San José y Managua y presente su informe ante la sede de la OAE en Washington, no está previsto que ésta emita una resolución sobre el litigio sino 'alguna simple declaración' de su consejo permanente.

La Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó celebrar el próximo día 10 una reunión extraordinaria en San Carlos, capital del departamento del río San Juan, para autorizar los trabajos de los ingenieros y soldados a orillas del  mencionado caudal que tenían el mero objetivo a dragar su cauce. Según los parlamentarios, esta acción “constituye un derecho absoluto de los nicaragüenses” confirmado por una serie de documentos internacionales.

Está previsto que antes de esta sesión el titular del máximo organismo interamericano ya termine su misión a Managua, en la que será acompañado por el asesor político y ex canciller argentino Dante Caputo y el representante estadounidense, Adam Blackwell. En espera de la intermediación internacional el Gobierno nicaragüense no se abstiene de los contactos directos con San José, y ha ofrecido su ayuda fraternal en la reparación de los daños provocados por un temporal que se ha cobrado la vida de más de una veintena de personas. Según señaló el embajador de Nicaragüa en Costa Rica, Harold Rivas, el país afectado puede contar con “cualquier tipo de asistencia que necesite” por parte de su vecino del norte.

La propia querella se desató luego desde que hace dos semanas el Ejecutivo costarricense denunciara que Nicaragua había contaminado parte de su territorio con el material dragado del río San Juan. Más tarde San José agregó a esta petición que tropas nicaragüenses hubieran invadido la isla Calero, levantando un campamento e izando la bandera nicaragüense, lo que la presidenta Chinchilla denominó una “flagrante agresión”.

Históricamente el conflicto data de los mediados del siglo XIX. El tratado Jeréz-Cañas en 1858 delimitó las fronteras estableciendo la soberanía nicaragüense en todas las islas fluviales (es decir bañados por agua dulce), reservando para Costa Rica solo el derecho de la navegación libre con fines comerciales. El problema es que en aquella época existía una conexión entre la isla y el extremo oriental de la tierra firme que pertenecía a Costa Rica, de modo que convirtió a la ínsula en tierra firme en los documentos, llevando la línea divisoria hasta la extremidad occidental de la misma.

No obstante, el rechazo de una isla como tal al territorio de Nicaragua contradice al espíritu de aquel tratado, lo que dio razón a Daniel Ortega para que envíe a sus tropas a la zona. Podría ser un territorio indiscutible costarricense en una sola ocasión de que no fuera así, y por cierto no lo es en los mapas ticas: por un lado está bañado con las aguas fluviales, por otro, con las lacustres, y el tercer lado se une con tierra firme a través de un pantano, que no es firme sino es tierra, aunque cubierta de una fina capa de agua. Desde el punto de vista nicaragüense, Calero es la isla más grande a lo largo del corriente del San Juan y pese a que se sitúe cerca de la costa caribeña, es de origen aluvial, igual que las otras mencionadas en el tratado.

La reanudación anterior del pleito ocurrió en 2006 cuando Managua presentó su denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos contra las actuaciones de la policía tica en la zona limítrofe. Pero aquella petición fue declarada inadmisible tras varios meses de altercados internos en ese organismo. A continuación, un fallo de la Corte Internacional de Justicia reconoció en julio de 2009 la soberanía nicaragüense sobre el río San Juan, así como los derechos perpetuos de navegación de Costa Rica. Esta vez Managua señaló que presentaría el conflicto ante el mismo organismo internacional y obedecería su nuevo decisión.

Costa Rica es uno de los pocos países de la región que tiene sus tropas completamente abolidas desde 1948 y por lo tanto es dudoso que su gobierno se decida a una confrontación abierta a fuerza de los cuerpos de orden público contra un ejército válido de la nación vecina.