Policías alemanes usaron la fuerza contra los mítines antinucleares
Los cuerpos de la seguridad pública de Alemania emplearon la fuerza, material bélico y especial antidisturbios al menos en tres ocasiones, conforme el convoy con 154 toneladas de residuos nucleares procedente de Francia que se desplazaba por el territorio del país. A los manifestantes que protestan contra el entierro de la carga peligrosa en el suelo alemán, les queda la única oportunidad para oponerse físicamente al transporte y es la estación de Dannenberg, la última localidad antes de Gorleben, en donde se sitúa el depósito atómico.
En aquel punto logístico las autoridades y compañías operadoras del proyecto planean transbordar los once contenedores especiales ‘Castor’ con todo el volumen de residuos importados del tren al transporte automovilístico que cubrirá el tramo final de la ruta. Mientras, los manifestantes cuyo número según la policía federal alemana cifró ayer —solo en Dannenberg— en unos 25.000, reciben de esta manera una nueva oportunidad para impedir el avance de la carga radioactiva.
Allí, en la ciudad y sus afueras, los activistas intentaron bloquear varios caminos, especialmente los que pasan por el bosque de Leitstade. Las autoridades enviaron a la zona un escuadrón ecuestre y unos cañones de agua, luego de que dispersaron e hicieron retirar a los autores de los disturbios. Estos luchaban frenéticamente y ante las cámaras de varios corresponsales encendieron uno de los vehículos blindados.
Cuando el convoy entraba, tras una tortuosa noche de bloqueos y protestas, en el estado de Baja Sajonia (norte de Alemania, en donde se enclava Gorleben), una congregación menor logró detenerlo varias horas en la altura de Celle. Al mediodía tres personas lograron esquivar el dispositivo policial desplegado a lo largo de las vías férreas y se encadenaron a los raíles, según los manifestantes. Cerca de este lugar, en una arboleda, los agentes tuvieron que perseguir a activistas que se desnudaron completamente para distraer a las fuerzas de seguridad del frente principal de la lucha.
Antes de ese dudoso 'logro' los manifestantes habían bloqueado el tren al menos en cuatro ocasiones en territorio alemán: en las localidades de Kehl, Darmstadt, Morschen y Kassel. En suma, obligaron al convoy a permanecer parado durante más de seis horas.
Según sus promotores, las acciones buscan retrasar el transporte para denunciar el almacenamiento de material radiactivo y, en general, el uso de energía nuclear en el país. El convoy abandonó la planta de reprocesamiento de La Hague, Francia el viernes y se estima que la carga alcance Gorleben el lunes o el martes, en función de la intensidad de las acciones antinucleares.
El Ministerio del Interior y los servicios especiales han movilizado al menos a 16.500 efectivos para escoltar al tren y asegurar la transportación ulterior de los contenedores, lo que supone el mayor despliegue policial en la última década.