Damasco recibe al primer embajador de EE. UU. en 6 años
La sede del embajador plenipotenciario de Estados Unidos en Siria recibió a un inquilino por primera vez en casi seis años: Robert Stephen Ford, un diplomático muy cursado. Durante este plazo la gran potencia norteamericana se abstenía de dirigir a un enviado en Damasco, por sospechar del Gobierno de Bashar al-Assad su cierto apoyo del terrorismo.
Washington revocó a su previo embajador al día siguiente después de que el 14 de febrero de 2005 en Beirut, la capital de Líbano fuera asesinado el exprimer ministro Rafiq Hariri. Según la investigación con participación internacional que ocupó años, las acusaciones contra Damasco resultaron infundadas. Pero a aquella imputación tradicionalmente se sumaban los cargos del supuesto mantenimiento en el territorio sirio de unas bases de entrenamiento de los radicales islamistas que actuarían luego en Palestina, Israel, Líbano y en otros países del mundo.
De todos modos, la Administración de George Bush no consiguió aislar el Estado 'sospechoso' en el escenario internacional. Luego de esto, en su turno en la Casa Blanca, Barack Obama se vio obligado a reconocer que Siria jugaba un papel clave en el proceso político en el Oriente Medio y era imposible lograr la paz firme en la región sin su participación. En los últimos años la Casa Blanca mantiene el curso hacia la reincorporación de Damasco al diálogo multilateral.
No obstante, los objetivos de la política estadounidense son los mismos que antes, puesto que acorde a las palabras de la secretaria de Estado Hillary Clinton, Siria “no ha realizado las esperanzas y las esperas americanas”. En esta situación la tarea principal del embajador Ford será la de persuadir al Gobierno de Bashar al-Assad que su país cese el apoyo del movimiento libanés de Hezbolá y el palestino Hamás, y también se distancie de su aliado remoto estratégico como es Irán.
Damasco, por su parte, querría que EE. UU. presionara al Ejecutivo de Israel que ceda la parte restante de los Altos de Golan, pertenecientes al estado hebreo a partir de 1967. No es indiferente asimismo respecto a la crisis política reanudada en el pequeño Estado vecino de Líbano, donde la postura destructiva de Hezbolá llevó a la descomposición del Gobierno de Saad Hariri. Ambos países —Siria y Estados Unidos— preferirían encontrar los puntos de contacto en vez de envolver uno a otro en una nueva confrontación.
Robert Stephen Ford fue graduado como maestro de artes en la universidad John Hopkins. En un período de su carrera, cuando desempeñaba como el jefe adjunto de la misión diplomática en Bahrein durante la guerra en Irak, en la Autoridad Provisional de la Coalición en este país intervenido por las tropas británicas y estadounidenses le describieron como uno de los mejores arabistas en el Departamento de Estado. Luego de esto pasó a ser un canciller político en la embajada de EE. UU. en Bagdad. En 2006 fue nombrado embajador plenipotenciario en Argelia, puesto que ocupó hasta el junio de 2008.
El presidente Barack Obama tomó la decisión en favor de Ford para el puesto vacante del embajador en Damasco en febrero del año pasado, pero casi un año entero el Departamento de Estado oscilaba en cuanto a borrar o no a la República Árabe Siria de la lista del denomiando 'Eje del mal': de eso dependía el nivel de los contactos diplomáticos que se debía retomar.