Hallan 59 cadáveres en ocho fosas en el noreste de México
Las autoridades mexicanas encontraron 59 cadáveres en ocho fosas en un rancho de Tamaulipas, en el noreste del país, cerca de donde en agosto del año pasado fueron asesinados 72 inmigrantes centroamericanos, presuntamente por el cártel de drogas de los Zetas.
Este hallazgo se produjo durante una operación policial en la que fueron liberadas cinco personas que permanecían secuestradas y fueron detenidos once presuntos delincuentes. Actualmente la Procuraduría General de Justicia del estado de Tamaulipas está realizando pruebas periciales para lograr la identificación de los cuerpos y establecer si los cadáveres pertenecen a emigrantes que deseaban atravesar la zona para llegar a Estados Unidos.
El presidente mexicano, Felipe Calderón, condenó estos asesinatos y ordenó iniciar una investigación de lo sucedido y acelerar los trabajos de identificación de las víctimas. Según el mandatario, estos sucesos “subrayan la cobardía y la falta total de escrúpulos” de las organizaciones criminales.
Mientras tanto, decenas de miles de mexicanos salieron a las calles en más de 20 ciudades para condenar la oleada de violencia que azota el país en el último tiempo. En la capital, unas 8.000 personas participaron en la Marcha de la Paz, portando pancartas en las que podía leerse: "Violencia contra violencia no es Justicia" o "La indiferencia también es delincuencia", entre otras consignas.
Pero el epicentro de estas protestas ha sido la ciudad de Cuernavaca, en el sureño estado de Morelos, donde recientemente fue asesinado el hijo del poeta Javier Sicilia. Este crimen fue el detonante de las manifestaciones en todo el país. Unas 15.000 personas acudieron a la plaza central de la ciudad para escuchar el manifiesto del escritor, quien anunció que permanecerá en este lugar hasta el próximo miércoles, fecha límite que dio a las autoridades para capturar a los responsables de este asesinato.
El Gobierno mexicano calcula que el nivel de violencia en el país podría comenzar a reducirse dentro de unos siete años, gracias al refuerzo de la lucha contra los cárteles de droga, especialmente cerca de la frontera con EE. UU. Según los cálculos, durante los últimos cuatro años más de 35.000 personas fueron asesinadas en la brutal guerra entre las agrupaciones criminales.