Gobierno ecuatoriano acusa a la embajada estadounidense en Quito de espionaje
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, acusó este viernes a la embajada de Estados Unidos en Quito, de espiar a la Policía y Fuerzas Armadas ecuatorianas.
En entrevista con un medio local, Correa afirmó que los norteamericanos controlaban desde hace décadas varias unidades de la Policía y que al ser desarticuladas por el ex comandante Jaime Hurtado EE. UU. adoptó represalias.
Las relaciones bilaterales entre ambas naciones atraviesan una crisis, luego de la decisión del Gobierno ecuatoriano de expulsar del país a la embajadora de EE. UU., Heather Hodges, por sus informes de presuntos actos de corrupción revelados por WikiLeaks.
“Lo grave es que WikiLeaks dice que tienen (EE. UU.) informantes dentro de la Policía y la Fuerzas Armadas y, si tenían información de actos de corrupción, debieron pedir una reunión con el canciller. Esto es espionaje”, dijo Correa.
Por su parte, EE. UU. calificó la decisión de la expulsión de “injustificada” y respondió de la misma manera con el embajador ecuatoriano en Washington. Además decidió cancelar una reunión bilateral prevista para junio.
“Estados Unidos está interesado en mantener una relación positiva con Ecuador, pero la lamentable e inmerecida decisión” del Gobierno andino “tenía que tomarse en cuenta”, señala un comunicado divulgado por la subsecretaria de Estado para América Latina.
Asimismo, Correa anunció que ante las represalias de EE. UU. apelará a la solidaridad latinoamericana. “En caso de ser necesario buscaremos la solidaridad regional”, mencionó el mandatario, indicando además que América Latina “dejó de ser patio trasero y no es colonia de nadie”.
Pese a todo, la dirección ecuatoriana espera que las relaciones con Washington se normalicen lo antes posible. El canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, ya ha recibido una llamada del Gobierno estadounidense en la que le han comunicado la intención de no continuar con la espiral de "asperezas" en las relaciones diplomáticas entre ambos países. Sin embargo, el país andino prepara una estrategia para enfrentar una posible decisión de EE. UU. de no renovar las preferencias arancelarias que otorga a sus productos, indicó la ministra de Política Económica, Katiuska King.
La eliminación de tales preferencias afectaría el 5% de las exportaciones ecuatorianas a EE. UU., que en 2010 alcanzaron 6.047 millones de dólares. El resto de las exportaciones son petroleras, explicó King.
Por su parte el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, indicó que las relaciones entre ambos países “continúan igual, con la única diferencia de que no tenemos embajadores”. Informó también que recibió un mensaje del Gobierno estadounidense, en el que se indica que acoge la “intención” de seguir dialogando sobre “intereses bilaterales”.
“Ojalá no se suspenda ningún diálogo importante porque a nosotros nos interesa seguir manteniendo relaciones con Estados Unidos y esperemos que a ellos les interese”, agregó Patiño.
“Lo que hace falta es que el diálogo continúe fluido y después de unos días, una semana, que bajen los niveles de preocupación de los países podamos nombrar embajadores”, finalizó.
Por otro lado, los expertos consideran que los dos países no tienen una crisis política, pero que mantendrán una relación pragmática hasta que se resuelvan las divergencias.
“No hay una crisis, lo que hay es un impasse diplomático que tendrá que resolverse en los próximos días. Por el momento de las relaciones tanto en Quito como en Washington ante la ausencia de embajadores están a cargo de los encargados de negocios. El diálogo continúa entre las dos naciones”, comentó el vicecanciller ecuatoriano Kintto Lucas.