Rusia no apoyará un recrudecimiento del conflicto en Libia
Moscú no apoyará una nueva resolución de las Naciones Unidas sobre Libia que suponga actos de violencia y agrave el conflicto en esta nación norafricana, ha declarado el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.
El apoyo unilateral de las fuerzas internacionales a los insurgentes en Libia alarmó al jefe la diplomacia rusa. Durante su visita a Abjasia, en la ciudad de Sujum, Lavrov manifestó que Rusia no apoyará el recrudecimiento del conflicto en Libia y respaldará la nueva resolución del Consejo de Seguridad (CS) de la ONU sobre Libia solo en caso de que esta resolución contenga un llamamiento a las partes a sentarse a negociar.
"En lo que se refiere a una nueva resolución del Consejo de Seguridad sobre Libia, el documento aún no existe. De modo que no parece razonable adivinar ahora cuál sería la postura de Rusia al respecto. Si se trata de un llamamiento a parar todo tipo de violencia, el derramamiento de sangre e iniciar el diálogo cuanto antes para que los libios mismos negocien sobre el futuro de su país, lo apoyaremos. De lo contrario, no podremos hacerlo", destacó el canciller de Rusia.
"Sin embargo, si hay una resolución que implica un agravamiento de la guerra civil y de la violencia, no podremos apoyarla", ha agregado el ministro. Hay que señalar que la Federación de Rusia es uno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y tiene el poder de veto sobre sus resoluciones.
El jefe de la política exterior rusa inició su visita a Abjasia colocando una corona en el Memorial de la Gloria, que eterniza la memoria de las víctimas de la guerra georgiano-abjasa de los años 1992-1993. Lavrov asistió también a la presentación del libro 'Rusos en Abjasia'.
Anteriormente el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, señaló durante una reunión el 22 de abril en Gorki, en la región de Moscú, con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que Rusia parte de que la elección de la vía del desarrollo de Libia es una prerrogativa incondicional de los propios libios y que la comunidad internacional, por su parte, debe contribuir al arreglo del conflicto con medios pacíficos, sin injerencia en los asuntos internos del Estado árabe.
Debido a ello, subrayó el mandatario ruso durante el encuentro, uno de los problemas clave es la implementación de las resoluciones de la ONU, en estricta correspondencia con el espíritu y la letra de estos documentos, sin abusar del mandato concedido por el Consejo de Seguridad.
El 17 de marzo el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución número 1973, presentada por las delegaciones de Líbano, Gran Bretaña, Francia y EE. UU., que autorizó el uso de la fuerza para impedir el vuelo de los aviones de combate del Gobierno libio, apoyada por dos tercios de los miembros del CS. A favor de la resolución votaron diez de los 15 miembros, los otros cinco -Rusia, Brasil, Alemania, China y la India- se abstuvieron.
Mientras tanto, cerca de 500 mercenarios de Europa luchan del lado de Muammar Gaddafi, según ha desvelado un medio europeo. Estos militares principalmente son especialistas en armamento pesado, misiones de helicópteros y táctica militar, y ganan unos mil dólares al día.
Además, conforme a los datos de EE. UU., cerca de 5.000 personas abandonan diariamente Libia. En total, más de medio millón de habitantes dejaron el país desde que comenzaron las protestas antigubernamentales en febrero pasado.
Aún así, algunos expertos en política internacional consideran que la operación de la OTAN en este país árabe fue preparada de antemano. Por ejemplo, el profesor de la Universidad de Illinois (EE. UU.) Francis Boyle está seguro de que la OTAN planeó la intervención en Libia mucho antes de que empezara la revuelta. "Lo que observamos ahora en Libia es un plan preliminar de ataque a este país elaborado por la OTAN, los franceses, los británicos y los norteamericanos", opinó el profesor norteamericano en una entrevista a la cadena RT.
Según Boyle, es imposible que tanta fuerza militar pueda ser reunida en un plazo tan corto, si no existiera un plan especial activado durante los disturbios en Bengasi. "Ahora todo se lleva a cabo acorde al plan y -considerando que por ahora han fallado en sus actividades para derrocar a Gaddafi- la próxima etapa sería la invasión por tierra", señaló Boyle.