Strauss-Khan: un posible violador con enemigos muy poderosos

El nombre del director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, arrestado el 14 de mayo en Nueva York acusado de agresión sexual, no abandona las primeras páginas de las publicaciones de todo el mundo. El caso va adquiriendo nuevos detalles y nuevos protagonistas, como las otras mujeres que supuestamente sufrieron abusos por parte del político francés. No queda muy claro por qué han permanecido en silencio durante tanto tiempo.

El caso de Dominique Strauss-Kahn es bastante oscuro. Por un lado todo está claro: supuestamente un hombre intentó violar a una mujer. Pero aquí vale la pena recordar que hay varios detalles que lo hacen considerablemente confuso. No hay suficiente información sobre la supuesta víctima. Según su abogado, la mujer no sabía quién se alojaba en aquél cuarto donde fue cometido el supuesto crimen.

Considerando el alto cargo de Strauss-Kahn, no está suficientemente claro cómo es posible que la trabajadora no supiera a quién estaba atendiendo. Tampoco estaba permitido entrar en el cuarto mientras el huésped estuviera dentro. Y todavía queda una incógnita más: por qué la víctima no se dirigió a la policía inmediatamente.

Estos hechos hacen pensar que el caso pudo ser fabricado para manchar la reputación del director gerente del Fondo Monetario Internacional. Poco antes del escándalo ya suponía que podía tener problemas de algún tipo, porque el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, al que se habría enfrentado en unas futuras elecciones, quiere permanecer un mandato presidencial más en el poder. “Es posible que utilicen a cualquier mujer que diga que fue violada en un estacionamiento. Por esto le pagarán medio millón o un millón de euros”, cita el periódico Libération las palabras del ex directivo del FMI.

Según los últimos sondeos Strauss-Kahn, candidato potencial a la presidencia del Partido Socialista, habría tenido el apoyo del 26% de los votantes, superando así a Sarkozy, con el 21,5%. El proceso contra el gerente del FMI aumenta automáticamente las posibilidades de Sarkozy de ser reelegido presidente de Francia.

Según los expertos, Strauss-Kahn tenía enemigos también fuera de su país. Siendo un gerente que sabía bien cómo administrar las economías problemáticas y que de acuerdo con los analistas, empezó a recuperar la economía mundial, no estaba muy a favor de la política económica de Estados Unidos.

Ya en 2008 señaló los puntos débiles de la economía norteamericana y el 25 de abril, durante un discurso, afirmó que a corto plazo China superaría económicamente a EE. UU. y dominaría el mundo en este ámbito. Estas afirmaciones no podían de ninguna manera dejar indiferente a la administración estadounidense.

Para los excolegas de uno de los hombres más poderosos del mundo fueron suficientes las declaraciones de la camarera para darle la espalda y empezar a competir por ocupar su puesto.

Según EFE, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, se convirtió hoy en el primer latinoamericano que aspira a ocupar la dirección del FMI, rompiendo así la hegemonía europea en el organismo, después de que México anunciara que lo propondrá para el puesto. Además la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, es quien aparece con más posibilidades pero también podrían considerarse otras candidaturas, como la del ex primer ministro británico Gordon Brown, quien ya presidió el principal órgano ejecutivo del FMI, y el exjefe del Bundesbank, el alemán Axel Weber. Otros nombres que han sonado en los últimos días como posibles aspirantes son los del estadounidense de origen egipcio Mohamed El-Erian, el exministro de Finanzas sudafricano Trevol Manuel e incluso el israelí Stanley Fischer, que fue primer subdirector gerente del FMI entre 1994 y 2001.

Ahora, después de tantas especulaciones y semejante campaña contra Strauss-Kahn (en EE. UU. hasta hicieron un videojuego con el francés y la camarera como protagonistas) es poco probable que la vida del antiguo responsable del FMI vuelva a ser la misma que antes del escándalo, incluso aunque nunca sea declarado culpable por un tribunal.