Los hijos de la dueña de Clarín aceptan hacerse las pruebas de ADN
Los hijos adoptivos de la dueña del Grupo Clarín, Ernestina Herrera de Noble, han aceptado hacerse las pruebas de ADN para comparar los resultados con las muestras del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), ya que se sospecha que pueden ser hijos de desaparecidos de la dictadura de 1976-1983.
Marcela y Felipe Noble Herrera señalaron que habían tomado esta decisión para “poner fin al acoso y persecución política y mediática de que son objeto y llevar tranquilidad a su madre”.
El hecho fue comentado también por el abogado de los hermanos, Horacio Silva, quien señaló que “dado el contexto y los padecimientos que han sufrido y sobre todo los efectos que han generado en la salud de su madre y con el solo objeto de ponerle fin a la causa, han tomado la decisión de hacerse la extracción y han aceptado además que la comparación se haga con todas las familias que tengan información genética en el Banco”.
Anteriormente, a principios de junio, la Cámara Nacional de Casación Penal argentina ordenó a los hijos adoptados de la propietaria de la mayor empresa mediática de Argentina que se hicieran los exámenes de ADN.
De acuerdo con las denuncias presentadas por las Abuelas de Plaza de Mayo, una organización de derechos humanos que reúne a víctimas de la dictadura (especialmente a familiares de los desaparecidos), Felipe podría ser hijo de María del Carmen Gualdero de García. La mujer fue secuestrada en junio de 1976 estando en el noveno mes de gestación. Marcela podría ser Matilde, la hija de Bárbara Miranda de Lanuscou y Roberto Lanuscou, asesinados en septiembre de 1976 cuando la niña tenía apenas seis meses de edad.
Los miembros de la organización recibieron con “satisfacción” la decisón de los hermanos Noble Herrera. Asimismo las Abuelas, que solicitaron por primera vez la realización de las pruebas de ADN hace diez años, llamaron en un comunicado a “mantener la cautela hasta verificar que los análisis se realiza n con las debidas garantías”.
Se calcula que unos 500 bebés fueron separados de sus padres en ese periodo, en el que desaparecieron unas 30.000 personas. Sin embargo, sólo un centenar de esos niños han logrado averiguar su identidad.