Rusia celebra el acuerdo que protegerá a los niños rusos adoptados por estadounidenses
Los políticos y los defensores de los derechos del niño en Rusia celebran el acuerdo sobre la adopción de niños, recién firmado en Washington por la secretaria de Estado de EE. UU., Hillary Clinton, y el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.
La Asamblea Federal de Rusia examinará este acuerdo en un orden prioritario durante su sesión de otoño, puesto que actualmente los parlamentarios rusos están de vacaciones. El Ministerio de Enseñanza y Ciencia del país aprovechará el tiempo restante para preparar una ley federal de ratificación del nuevo documento internacional.
Los diputados que trabajan de forma permanente en Moscú han destacado las cláusulas del acuerdo que prevén unos test para los potenciales padres adoptivos y establecen la obligación de formalizar la adopción a través de unas agencias especiales acreditadas. El deber de controlar la observación de esas dos medidas se impone sobre la parte que adopta a los menores, es decir, en la mayoría de los casos, sobre el gobierno estadounidense. Muchos de los legisladores se han manifestado seguros, tal y como lo hizo Hillary Clinton después de la firma, que el tratado resuelva la mayor parte de los problemas que sufren los huérfanos rusos a los que pretendan adoptar las familias del otro lado del Atlántico.
“Era realmente difícil desde el principio persuadir a EE. UU. para resolver este problema, —advirtió al respecto el vicepresidente del comité de Asuntos Exteriores del Duma Estatal, Andréi Klímov—, puesto que las leyes estadounidenses, propiamente hablando, no favorecen a documentos de esa índole”. “Gozan de una prioridad del derecho interior sobre el internacional”, explicó el parlamentario.
“No es posible sobrevaluar lo significativito que es el acuerdo firmado acerca de la cooperación entre Rusia y EE. UU. en la adopción de huérfanos: es único”, así valoró el nuevo documento bilateral el delegado plenipotenciario presidencial para los derechos del niño, Pável Astájov. Destacó en especial el corto plazo en el que fue elaborado y acordado: un año, un mes y dos días desde el planteamiento del problema por la parte rusa. Para comparar, el delegado alegó el tratado con Italia sobre el mismo tema, cuya preparación había ocupado 4 años.
“Todo el tiempo durante el que preparábamos el acuerdo —advirtió Astájov —, nuestra delegación pensaba en aquellos niños que se encontraron en una situación difícil en EE. UU. Espero que a partir de ahora todos los menores adoptados por los norteamericanos sean más afortunados”. A su juicio, con el establecimiento del registro obligatorio, el número de las agencias que se ocupan de la búsqueda de hogares estadounidenses para los huérfanos de distintas provincias rusas se reducirá a un tercio. Al mismo tiempo afirmó que su tarea predominante es reinsertar a los niños rusos en familias adoptivas rusas.