¿Tiene hoy EE. UU. más esclavos que en 1850?
En Estados Unidos hay actualmente más esclavos que antes de la abolición de la esclavitud, según activistas de una ONG del estado de Nebraska, que se declaran alarmados por la envergadura del tráfico de personas que se ven forzadas a trabajar y prostituirse en todo el país. A pesar de ello, la opinión pública de Nebraska no reconoce la existencia del problema, según afirman los activistas.
Un número indeterminado de hombres latinos trabaja de forma forzosa en zonas rurales, sin recibir pago alguno y en condiciones inaceptables, según Al Riskowski, del Concilio Familiar de Nebraska (NFC, en inglés), una organización no gubernamental que tiene como objetivo la difusión de los valores bíblicos en ese estado.
"Todas las estadísticas nos indican que hay más esclavos en Estados Unidos ahora que en 1850", dijo Riskowski en un seminario sobre derechos humanos. "Nuestra mayor dificultad es la incredulidad de la gente", añade.
El dirigente comunitario señala que las leyes de Nebraska contra el tráfico de personas son "obsoletas", lo que atrae a criminales implicados en contrabando y tráfico de personas a las que obligan a realizar trabajos forzados y a prostituirse.
El FBI está investigando casos de mujeres, tanto mayores como menores de edad, que son trasladadas contra su voluntad desde otros estados a Nebraska bajo amenaza de muerte para trabajar como acompañantes o masajistas en clubes nocturnos.
A nivel nacional, el NFC estima que 17.500 extranjeros y 200.000 estadounidenses (la mayoría de ellos menores de edad) son víctimas de traficantes de personas.
Juan José Gutiérrez, de la organización ´Vamos Unidos´ dice que los indocumentados forman un ejército de esclavos modernos en el sistema capitalista estadounidense debido a que carecen de derechos, entre ellos el de solicitar y obtener un número de seguro social, algo indispensable para poder firmar un contrato laboral en ese país.
Además, esos inmigrantes “trabajan prácticamente las 24 horas al día, siete días a la semana, sin ningún tipo de beneficio y con apenas lo necesario para sobrevivir, es decir alimento”, afirma el activista.
Según Gutiérrez, el Estado no hace nada para corregir esta cuestión por la simple razón de que “se ha deshumanizado al trabajador inmigrante indocumentado de tal forma que se ha condicionado a una buena parte de la sociedad a pensar que estas personas son parásitos de esta sociedad que tanto les da”, algo que –asegura el analista- “es falso”.