La moda vintage en Rusia: a "recalentar" los motores de los autos antiguos
Los legendarios coches Volga y Lada, fabricados en la época soviética, circulan nuevamente en Rusia al ser restaurados y "tuneados". Ahora pueden oírse sus motores rugir más que nunca en las pistas de carreras, donde alcanzan velocidades sorprendentes.
La modificación de autos es una actividad que une adrenalina, meticulosidad y sobre todo pasión por la mecánica.
El chasis de un auto antiguo puede adquirirse en algún taller o almacén de chatarra por unos 200 dólares, pero convertirlo en un nuevo bólido puede llegar a costar 10.000 dólares, debido a que muchas de sus piezas originales no se consiguen fácilmente en el mercado y sus dueños deben adquirirlas usadas de otros autos o elaborarlas ellos mismos.
Pese a su aspecto antiguo y pasado de moda estarán impulsados por motores con la más alta tecnología, con los que se desplazarán como si fueran verdaderos autos deportivo del año.
Los motores de los viejos autos soviéticos eran reconocidos por su fuerza, más no por su velocidad, pero un viejo Volga modelo 63 con un motor modificado puede alcanzar los 100 kilómetros por hora en tan sólo 4 segundos.
Esta transformación puede tomar años y no deja beneficios económicos a quien la emprende sino por el contrario, representa grandes desembolsos de dinero. El valor comercial de cada uno de estos coches, una vez que han sido modificados, puede oscilar entre los 100.000 y los 300.000 dólares, sumas que sólo algunos coleccionistas pueden costear, lo que hace que las ventas de este tipo de autos no sean comunes.
La restauración y modificación automotriz son técnicas que prefieren cada vez más las nuevas generaciones. En Rusia, por ejemplo se está volviendo una moda y la proliferación de antiguos modelos soviéticos en las calles ha hecho resurgir el debate sobre la producción de vehículos en la actualidad.
El tuning o modificación se ha vuelto la labor de principal de un grupo de jóvenes ingenieros del Instituto de Automecánica de Moscú, una prestigiosa universidad técnica. Uno de ellos, Arseni Makárov, opina que “estaría muy bien si nuestro país produjera más de estos coches. Por ejemplo, actualmente, los estadounidenses han comenzado a producir nuevas versiones de sus automóviles antiguos, por eso ahora hay un nuevo Ford Mustang. Sería muy bueno que el Volga recibiera una segunda oportunidad.”
Para los entusiastas y conocedores de la industria, sería una manera de reactivar la venta de carros rusos en el extranjero y una oportunidad para los autos modificados de abrirse paso en el mercado internacional.
“Todo lo nuevo es lo antiguo olvidado”, subraya Arseni Makárov. “Solamente mirando atrás y usando la tecnología moderna es posible crear algo interesante. En todas partes del mundo se hace. En Australia por ejemplo producen coches deportivos con motores modernos, pero con diseño retro.”
Cada auto es único e irrepetible y representa la personalidad de quienes los repararon que ven con satisfacción a cada uno de sus bólidos como una verdadera obra de arte que los llena de orgullo.