EE. UU. paga un alto precio por su obsesión con los indocumentados
EE. UU. gasta cerca de 2.000 millones de dólares al año en la detención obligatoria de decenas de miles de inmigrantes, según muestra un reciente estudio elaborado por el Servicio Luterano para Inmigrantes y Refugiados.
Se calcula que cada día detienen a más de 33.000 inmigrantes, incluidos casi 1.500 solicitantes de asilo político o víctimas de tortura y trata de personas, que no tienen ninguna ayuda política ni judicial.
Aun más, se prevé que los gastos en esta esfera aumentarán el año que viene. El informe aconseja al Gobierno acortarlos con la adopción de alternativas a la detención. Asimismo, aconseja a la Oficina de Inmigración y Aduanas que desarrolle un método para ayudar jurídica y socialmente a los inmigrantes detenidos.
Pero muchos consideran que las posibilidades de aprobación de algún tipo de reforma migratoria que incluya la legalización para los inmigrantes son nulas. Así, Rafael Prieto Zartha, editor del periódico Mi Gente, comentó sus ideas sobre las posibilidades de la aprobación de la reforma migratoria en EE. UU.
"En este momento las posibilidades de que haya una reforma migratoria son prácticamente cero, absolutamente cero. Él [Obama] ingresó como presidente teniendo mayoría en la Cámara de Representantes y teniendo la mayoría en el Senado del partido demócrata. Sin embargo, los primeros esfuerzos que hizo él fueron enfocados más que todo a la reforma de la salud y no se arriesgó en el tema migratorio. Vinieron las elecciones de medio tiempo, de medio término, y él perdió la mayoría en la Cámara de Representantes donde, en estos momentos, incluso los comités relacionados con la migración están manejados y gobernados por los sectores más retardatarios que se oponen a la legalización de los indocumentados y que se oponen totalmente a una reforma migratoria", dijo a RT el experto.
Pese a las críticas masivas por parte de los defensores de los derechos humanos y el bloqueo de varias regulaciones de la Ley por parte del tribunal, estados como Arizona y Alabama continúan endureciendo su posición contra los indocumentados.
A finales de julio de 2010 entró en vigor la famosa Ley de Arizona SB1070, que criminaliza la estancia de los inmigrantes indocumentados en el territorio del estado. Dos meses después entró en vigor otra controvertida ley de inmigración estatal, la HB56, esta vez en Alabama.
Estas normas antiinmigración aprobadas causan mucha polémica en EE. UU., ya que es evidente que los 50 millones de hispanos que permanecen en el territorio del país contribuyen activamente al funcionamiento y la economía de esta nación.