La larga lucha de 'Los Cinco' presos cubanos

Olga Salanueva, esposa de uno de los cinco supuestos espías antiterroristas cubanos, concedió unaentrevista a RT en la que habló de los 13 duros años sin René González, su marido recién liberado, y su proceso plagado de irregularidades.

Mientras un gran número de destacadas personalidades nicaragüenses firmaron una carta dirigida al presidente de los EE. UU. donde exigen la liberación de los cuatro presos cubanos y el retorno de René González, la madre de Antonio Guerrero, uno de los que aún permanece en prisión, insistió en que el caso es "una venganza política contra su nación".

Los cinco cubanos fueron detenidos en 1998 en EE. UU. y luego condenados por conspiración. Desde entonces, un movimiento social mundial exige su liberación, ya que el proceso penal fue controvertido y con serias violaciones a la ley.

En octubre del 2011, René González fue excarcelado de una prisión de la Florida. Sin embargo, está obligado a pasar tres años más en territorio estadounidense, mientras que a su esposa Olga Salanueva se le negó la visa de entrada.

A pesar de estar tantos años alejada de su marido, la mujer, que no esperaba que René  tuviese que pasar tres más en territorio estadounidense, asegura que no pierde la esperanza y defenderá siempre la inocencia de su esposo y de sus compañeros.

Hubo muchas ilusiones y muchos planes a futuro, pero la familia tuvo que adaptarse a esta nueva situación: el día de la liberación de René, sus hijas Irma e Ivette pudieron visitarlo, pero Olga tuvo que conformarse con una comunicación  telefónica.

Un acto ilegal por parte de EE. UU.

El arresto de su esposo fue naturalmente uno de los momentos más difíciles para Olga, teniendo en cuenta de que se produjo de una forma muy inesperada y cruel.

Los primeros meses también fueron muy duros,  ‘los Cinco’ fueron llevados a celdas de castigo sin ninguna comunicación con el mundo exterior, en las que pasaron 17 meses en vez de los 60 días por ley. Este hecho se justificó como una medida contra los  ‘problemas de seguridad’ que implicaba su caso.

“¿Qué problemas de seguridad? Si estaban en una mole de hormigón, un edificio al que no se tiene acceso de ninguna forma, ellos no tenían siquiera una ventana al exterior, solamente pequeñas aberturas con cristales”, relata Olga, subrayando que este fue un castigo psicológico muy duro.

La mujer está segura de que esos 17 meses fueron un acto ilegal del gobierno de EE. UU. Y a  medida que pasaba el tiempo, iba perdiendo toda esperanza de obtener justicia, al ver cómo se maneja la ley dentro de EE. UU., un país donde uno no puede sentirse seguro, incluso siendo ciudadano.

Conocer a la hija pequeña

Ivette, la hija pequeña de la pareja, tenía solamente 4 meses el día del encarcelamiento de su padre, así que Olga tuvo que llevarla cuando cumplió los 13 meses para que la viera a través de las rejas.

“Cuando la niña vio tantas cadenas, cuando vio a tantos guardias con llaves y cadenas y las esposas, en su mente infantil lo único que le vino a la mente era lo que veía normalmente en la calle: un arreo, la cadena de un perrito. Empezó a señalar con el dedo y a decir que era un guau guau”, dice horrorizada por el momento.

Todo con el pretexto del terrorismo

El gobierno de EE. UU. se negó a colaborar con Cuba en el combate al flagelo universal: el terrorismo. Cuando las autoridades cubanas le presentaron al FBI una serie de documentos, grabaciones y vídeos donde se planeaban actos terroristas en la isla, los estadounidenses respondieron con el encarcelamiento de ‘los cinco’.

Otro duro golpe fue cuando los declararon culpables de todos los cargos, a pesar de que la fiscalía no pudo demostrar los cargos imputados a Gerardo Hernández Nordelo.

“Son más de 3 mil muertos y  también casi 3 mil heridos que ha sufrido nuestro país. Muchas son las familias afectadas por el terrorismo, especialmente en el atentado del 11S que fue proporcionalmente grande su número si se compara el territorio de Cuba con otros. Sin embargo nunca se supo. La vida de los cubanos, la vida de los latinoamericanos, la vida de otras personas del mundo no importan. No son noticias”, alerta la mujer.

Estigmatizados como "espías"

“Hubo personas que desde el primer día de su detención los estigmatizaron como espías”, cuenta Olga. Sin embargo a ninguno de ellos se les presentó el cargo por espionaje. Tres estaban acusados de conspiración y sin embargo los pusieron como espías, los condenaron . "Pero ¿por qué? Porque a las personas que han escogido al azar para ser jurado les influye esa información", asegura la mujer.

Olga Salanueva no para de preguntarse por qué sucedió todo aquello, pero al mismo tiempo no piensa rendirse.  “¿Por qué? Tiene que haber una razón. Cuando se conoce el por qué entonces inmediatamente eres un buen ser humano, independientemente de cómo piensas, que religión tengas, que línea política te guste seguir, serás un buen ser humano".

Y como si en ella se congregara toda la fuerza de su pueblo, la mujer concluye: “¡Hay que seguir luchando!”