El supercomité de EE. UU. fracasa en su intento de recortar 1,2 billones
Demócratas y republicanos no lograron ponerse de acuerdo sobre la reducción de la deuda de EE. UU., lo que supone una amenaza para los programas sociales. Solo lograron compartir acusaciones entre sí, mientras los mercados estadounidenses cayeron. El presidente Obama, por su parte, inculpó a los republicanos de hundir las negociaciones.
El comité especial del Congreso de EE. UU. compuesto por 6 demócratas y 6 republicanos, el denominado supercomité, ha denunciado este lunes que no ha sido posible tomar una decisión sobre recortar al menos 1,2 billones a lo largo de 10 años, como exige el acuerdo firmado entre los republicanos y Obama de elevar el techo de la deuda pública.
Es muy importante que la medida sea elaborada antes del año 2013 ya que entonces la misma suma se reducirá automáticamente en partes iguales de los programas sociales (préstamos para desempleados, ancianos, gastos médicos) y de Defensa.
Ahora, según los analistas, el comité no tiene tiempo para realizar ningún plan para la votación del Congreso el 23 de diciembre. Asimismo, se aplazará la decisión para 2012, año de elecciones parlamentarias, temporada en la que los políticos no suelen tomar medidas impopulares.
Batalla por las causas
Tanto los demócratas como los republicanos se han sumergido en debates rigurosos culpándose unos a otros por el fallido plan. El primer partido sostiene que la culpa de frenar la decisión la tienen los republicanos porque se resisten a elevar los impuestos para los más ricos.
Así, el senador John Kerry, miembro del comité, aseguró que los republicanos minaron cualquier perspectiva de acuerdo porque no quieren reducir los privilegios fiscales para los que cobran más, introducidos en la era de George Bush. "Creo que el pueblo estadounidense lo considerará loco", añadió Kerry.
Otro miembro de la comisión, el senador republicano Jon Kyl, por su parte, cree que los demócratas corren riesgos de tirar la economía de EE. UU. otra vez a la recesión mediante sus esfuerzos de aumentar los impuestos. En respuesta los republicanos ofrecen reducir los gastos en los programas de seguros de salud.
Tras declarar el comité su ineficacia, el presidente Obama culpó a los republicanos de hundir las negociaciones en el Congreso que tenían como objetivo reducir la deuda enorme de EE. UU. El mandatario subrayó que "en el Congreso hay todavía demasiados republicanos que no oyen la voz de la razón. Siguen insistiendo en defender al 2% de los más ricos estadounidenses".
Mientras los representantes de los partidos se acusan unos a otros, el déficit presupuestario aumentó hasta casi 15 billones. Ahora se supone que el fracaso de la comisión podría no solo afectar el índice de aprobación del Congreso (su aprobación pública es de apenas un 13%), sino a la popularidad de Obama también, ya que fue el que aumentó el déficit con estímulos considerables al gasto que, según aseguró, eran necesarios para tener el país alejado de otra depresión económica.