Irán: "La mayoría de los complots de la CIA fracasaron"
La CIA estadounidense y el Mosad israelí no abandonan los intentos de infiltrar a sus agentes en Irán, al tiempo que Teherán logra contener esta corriente de espías y avanza en la lucha contra la actividad de los servicios secretos extranjeros en su territorio, según afirmó el ministro de Inteligencia de la república islámica, Heidar Moslehi.
"La mayoría de los complots urdidos por los estadounidenses y el Mosad para emplear a personas dentro de Irán fracasaron, mientras que los que se sintieron atraídos por la posibilidad de estar a su servicio fueron detenidos", señaló el lunes el alto funcionario.
Según Moslehi, los científicos iraníes a menudo se convierten en el objetivo de la CIA y del Mosad durante sus viajes al extranjero. Asimismo los servicios de inteligencia de EE. UU. e Israel intentan reclutar a los científicos a través de Internet, pero fracasan en la mayoría de los casos.
Las declaraciones del jefe de la Inteligencia iraní se producen días después de que un miembro del Parlamento del país anunciara la captura de más de 10 espías de la CIA efectuada recientemente por los servicios especiales de la república islámica, así como por Hezbolá, un movimiento armado chií del Libano.
En 2010 el ministro de Inteligencia iraní informó sobre la captura de otros 30 supuestos agentes de la CIA y del Mosad. Hezbolá, a su vez, anunció varios arrestos durante el presente año.
En reiteradas ocasiones Teherán ha acusado a los servicios de inteligencia extranjeros de ejecutar los asesinatos de varios científicos iraníes vinculados con el programa nuclear del país, un tema de discordia entre Irán y Occidente.
¿Cual es el objetivo de la inteligencia de EE. UU. e Israel?
Muchos expertos señalan que este tipo de acciones por parte de la inteligencia de EE. UU. e Israel se han convertido en una tendencia. Así, el analista político Adrián Salbuchi opina que las operaciones encubiertas y las infiltraciones son una forma de “llevar a cabo la guerra” que la CIA y el Mosad aplican no solo en Irán, sino también en otros países de Oriente Próximo, así como en el Norte de África y hasta en Latinoamérica. Esta actividad tiene como objetivo principal desestabilizar a las naciones que son el blanco de sus acciones e “ir aflojando internamente esos países para que experimenten crecientes convulsiones sociales, crecientes problemas internos que luego permitan que sea más fácil una invasión”.