La desaparición de la clase media, una realidad para EE. UU.
Mientras los 'indignados' exigen a su Gobierno que apoye a la mayoría de la población necesitada (el llamado '99%') el Banco de la Reserva Federal de EE. UU. anuncia un desarrollo moderado de la economía del país. Pese a este avance, aún existen problemas que requieren una solución urgente, como la alarmante reducción de la clase media.
Un vivo ejemplo de la clase media estadounidense que batalla para sobrevivir son los empleados del sistema sanitario. Los directivos de algunos consorcios de hospitales para los que trabajan recibieron aumentos de hasta un 200% en sus salarios, mientras que para el resto de los trabajadores de esas mismas compañías, este fue del 1%.
"El dinero que nos dan no es suficiente, todo sube. No podemos hacer nada con el dinero que nos dan, un [aumento del] 1 % no es suficiente", dice una trabajadora de un hospital, Mary Duboise.
La enfermera Alma Burrows también se encuentra en una situación parecida: "Mi paga no cubre ni la mitad de mis cuentas y hablo de cosas necesarias, de la luz, de la hipoteca, todas esas cosas, incluso la comida. No me da para pagar y por eso estoy aquí. Para que ellos sepan que somos trabajadores de la sanidad y tenemos derecho a atender adecuadamente a nuestros pacientes y también merecemos que ellos, los jefes, cubran nuestras necesidades”.
Según un estudio de la Universidad de Stanford, la clase alta de Estados Unidos se ha duplicado en los últimos 30 años. La baja también ha crecido en la misma proporción. Entre tanto, la clase media va desapareciendo.
En 1970, el 60% de las familias estadounidenses vivían en vecindarios de ingresos medios. Para 2007, solo el 44% podía permitirse este tipo de residencias. Actualmente, después de la crisis hipotecaria, el porcentaje debe ser todavía menor.
Los economistas afirman que la disolución de la clase media se explica por el cambio del paradigma social y económico.
“En parte es por la recesión económica, pero también lo que ha pasado es que durante los últimos 30 años, nuestra filosofía económica ha sido neoliberal, contra la regulación, contra los impuestos, a favor de la libertad del mercado y lo que ha pasado durante los últimos 30 años es que las empresas se han vuelto más rentables, más eficientes. Los accionistas ganan más a través de los dividendos, pero el trabajador ha perdido mucha posición”, comenta José Gabilondo, profesor de derecho económico en la Universidad Internacional de Florida.
Mientras tanto, empleados como Mark, mecánico de mantenimiento, se sienten desplazados por los más acaudalados del país: “Cuando somos jóvenes luchamos para conseguir los mejores puestos para mantener a nuestras familias. E incluso ahora el [puesto] que se considera bueno no resulta suficiente para cubrir los gastos. Así que ya no hay clase media. Y nosotros nos estamos deslizando a la clase más baja”.
La crisis económica que ha padecido el país en los últimos años debido a las prolongadas guerras en el extranjero y a la quiebra hipotecaria, ha tenido un importante impacto sobre la gente. El pueblo estadounidense vio como el Gobierno destinaba miles de millones de dólares a rescatar a los bancos, mientras que el dinero se esfumaba de los bolsillos de los menos afortunados. Por ello, desde los estudiantes hasta los trabajadores más especializados, siguen tomando las calles para protestar contra la desigualdad, en espera de un cambio.