La pesadilla de los inmigrantes latinos en EE. UU.
La represión contra los inmigrantes hispanos continúa empeorando en EE. UU. La policía ha dejado de ser un símbolo de seguridad para volverse uno que amenaza a su estabilidad familiar y su permanencia en el país.
Una historia de miles
Los residentes latinos que son víctimas de la represión por su color de piel no son pocos. La historia del guatemalteco Mateo Gaspar es un caso ilustrativo.
"Cuando le dije mi nacionalidad se molestó mucho y me dijo 'fucking inmigrant' (maldito inmigrante) y al escucharlo me quede callado porque no hablo inglés y en ese momento me dice que estoy arrestado", relató Gaspar a RT.
Agricultor y mecánico de 46 años, Mateo Gaspar vivía desde hace más de 20 años en la ciudad de Miami, Florida, como residente legal. Pero de pronto pasó a ser parte de la crónica policial: fue acusado de robar uno de los vehículos que debía reparar.
"Llamaron al dueño del carro y resulto que todo lo que él decía les parecía mentira y no me soltaron y vine a parar a la cárcel de Miami", explicó. "Una vez en la cárcel, el juez me pidió una fianza de 500 dólares, me hacía una oferta para salir pero no la acepté y salí sin fianza”, agregó.
Su caso fue desestimado por un juez por falta de pruebas, pero el abuso quedó impune. Muchos dirían que Gaspar fue afortunado, ya que no todos tienen la misma suerte.
La política de represión
Un estudio de la Universidad de Berkeley en California señala al programa federal Comunidades Seguras como el causante de criminalizar a los latinos inmigrantes. Como parte de esta iniciativa algunas entidades gubernamentales comparten sus bases de datos con el departamento de inmigración para identificar y arrestar a los indocumentados que supuestamente han infringido la ley.
"Si se revisa la lista de las personas que fueron deportadas, más del 90% son latinos y no todos ellos andaban sin papeles", expresa Enrique Morones, director de la organización Ángeles de la Frontera.
Para Rafael Prieto, editor del periódico Mi Gente, el programa federal Comunidades Seguras "es una iniciativa terrible". Por eso la Casa Blanca debería examinar el polémico programa, que se emplea como "un instrumento para deportar a personas" que no han cometido ningún crimen, opina el experto.
Las drásticas medidas las han sentido en carne propia 3.600 residentes que no violaron ninguna norma en el país. Para frenar esta tendencia, una delegación de inmigrantes latinos entregaron una petición con más de 2.000 firmas pidiendo al Departamento de Policía de Miami que ponga fin a la práctica de detener a conductores por su origen étnico.
Por su parte, las autoridades niegan esta actitud racista. "Yo le puedo asegurar que nosotros no nos basamos en ningún perfil racial, por ningún motivo. Nosotros somos una comunidad 65% conformada por hispanos", sostiene Nancy Pérez, portavoz de la policía de Miami.
No obstante, aunque la policía no lo admita, las cifras del Departamento de Inmigración y Aduanas indican lo contrario, así como los reclamos y testimonios de un millón de personas que han sido deprotadas injustamente en la presente administración.