Europa congelará las transacciones de la banca iraní, pero recibirá los pagos de su deuda
Los estados miembros de la Unión Europea han llegado a un acuerdo acerca del paquete de sanciones contra la Banca Central iraní. Por el momento se informa sobre la congelación de "algunas transacciones de la Banca que podrían estar relacionadas con la financiación del programa nuclear iraní". Al mismo tiempo, Europa acentúa que no se tratará de una completa ruptura de relaciones con el organismo.
Así, "el comercio legítimo" continúa, con lo cual Teherán podrá seguir pagando su deuda pendiente a los países europeos, en primer lugar a Alemania, a la que debe unos 2.600 millones de euros más intereses. Detalles más concretos de las sanciones se darán a conocer después de la reunión definitiva del Consejo Europeo en Bruselas el 23 de enero.
"Reforzar las sanciones" es la única opción "para evitar una opción militar irreparable", insiste Alain Juppe, canciller de Francia, el país aliado más fiel de Estados Unidos en la política de 'prevención' del presunto desarrollo de armas nucleares por parte de Irán.
El presidente Obama ya aprobó un paquete de sanciones endurecidas contra Irán que suponen que cualquier institución financiera que negocie con Teherán contratos petroleros tendrá prohibido el acceso al sistema financiero de EE. UU. y tendrá sus haberes congelados. Desde entonces Francia insta a los países europeos a que sigan este modelo.
Sin embargo, no todos están de acuerdo. Si en la sesión preparativa de este jueves los 27 estados miembros armonizaron las restricciones generales que impondrán contra la Banca Central iraní, en cuanto al embargo petrolero no han sido tan unánimes. Uno de los países que se oponen al plan de que a partir del 1 de julio de 2012 la Unión Europea deje de importar crudo iraní es Grecia. Según comunican fuentes diplomáticas, Atenas, que hoy en día es uno de los espacios más vulnerables económicamente de la zona euro, ya consiguió varias concesiones en el proyecto original, pero sigue luchando por más cambios.
Según comenta el analista de Oriente Medio Wilfredo Arm Ruiz, para Grecia, donde una tercera parte del petróleo que importa proviene de Irán, no será fácil rechazarlo. "Viviendo una crisis económica muy significativa, no es posible simplemente cerrar las importaciones de crudo iraní y sustituirlo con otro suministrador", insiste. Con lo cual, aunque sea aprobado el embargo, algunos países europeos, como Grecia y España e Italia -en los dos últimos las importaciones petroleras suponen entre un 15% y un 13% del crudo iraní-, necesitarían un período de transición de, al menos, un año, opina Arm Ruiz. Y añade que este año le serviría también a Irán para recolocar en el mercado el petróleo que le sobre.
Por su parte, el Banco Mundial (BM) advierte contra las decisiones rápidas respecto al caso. Según señala, la controversia de Occidente contra Irán podría desembocar en un drástico déficit petrolero a nivel global. En su pronóstico económico para 2012 el organismo acentúa que este déficit, acompañado por una profunda crisis de la zona euro, pone al mundo al borde de una nueva recesión que será tan severa como la de 2008 o incluso más.
Hoy un nuevo grupo aeronaval de la Marina estadounidense, presidida por el portaaviones Abraham Lincoln, llegó al mar Arábigo. Así, a partir de ahora en la zona estarán 'de guardia' dos portaaviones, este y el Carl Vinson que está allí desde hace unos días. Sin embargo, el Pentágono acentúa que la presencia de dos grupos aeronavales en la zona del Golfo Pérsico no es algo excepcional y no tiene nada que ver con la tensión agudizada entre EE. UU. e Irán.
La mayor preocupación de hoy en día de los países occidentales es que Irán cumpla con su amenaza de responder al embargo de sus exportaciones petroleras bloqueando el estrecho de Ormuz, la vía internacional por la que circula hasta un 40% de todo el crudo del mundo. Según el jefe del Pentágono, Leon Panetta, "el cierre de Ormuz es una línea roja que no se puede cruzar" y las tropas estadounidenses están listas para afrontar la 'amenaza iraní'.
El analista Wilfredo Arm Ruiz, por su parte, opina que un ataque armado de EE. UU. contra Irán es una cosa muy poco probable. Incluso Israel en varias ocasiones ha declarado públicamente que un ataque militar sería "un disparate político", porque generaría un desorden de grado mayor en la región, acentúa el analista. Insiste que otras experiencias de EE. UU., como la de Iraq o Afganistán, no tienen nada que ver con la situación financiera y militar iraní. Una inestabilidad en la zona causaría una crisis financiera mucho más profunda de la que están viviendo ahora Europa y EE. UU., subraya.