El armamento extranjero se cuela por las fronteras de Siria
El talón de Aquiles del régimen sirio en su lucha contra los grupos insurgentes son las fronteras. Según el Gobierno, por ellas está entrando armamento para respaldar al ejército libre sirio, el grupo de desertores que ahora se enfrentan a las fuerzas armadas regulares.
"Hay evidencias de que se están introduciendo armas en el país", le comentó a RT un general que no quiso presentarse. "En el ejército sirio, específicamente, solo tenemos armamento ruso. No tenemos ningún equipo militar estadounidense o israelí y eso es, en muchas ocasiones, lo que estamos incautando".
El régimen de Al Assad subraya que es a través de países vecinos como Jordania, Turquía, el Líbano e Irak por donde están recibiendo armas los grupos opositores. Consciente de ello, el Gobierno iraquí redobló sus esfuerzos en las zonas limítrofes para reducir el tráfico de armamento.
Siria posee más de 2.000 kilómetros de frontera. Precisamente, las cuatro ciudades en donde se han realizado más protestas y han muerto más civiles, tienen sus límites con los países vecinos a poco menos de una hora. Daraa, Homs, Hama e Idlib están ubicadas en un lugar estratégico para la lucha de los insurgentes.
En los últimos días, Arabia Saudí y Qatar han puesto sus cartas bocarriba. Ambos países árabes no ocultaban su apoyo político a los opositores pero ahora también ven con buenos ojos la idea de suministrarles armas.
"Deberíamos hacer todo lo necesario para ayudar a los opositores, incluso entregarles armas para que puedan defenderse", dijo abiertamente el primer ministro catarí Hamed ben Jasen Al Thani.
El ejército asegura que los combates en algunas ciudades son contra milicianos que poseen armamento muy moderno. Sin embargo, cuando el régimen muestra el equipo militar incautado cerca de las fronteras solo se ven granadas y kalashnikov.
Según fuentes de RT en español, que una persona cruce, de forma ilegal con armamento, del Líbano a Siria, cuesta unos 1.000 dólares. Desde el comienzo de la crisis, las autoridades sirias han casi duplicado sus servicios de inteligencia, pero son caminos en el que el contrabando de armas no entiende de fronteras.
Pero en los alrededores de Homs hay algo más que grandes extensiones de terreno sin ningún control. De acuerdo con el Gobierno, desde el 2005, estos túneles que hay en la urbe se conectan por el interior de la ciudad y llegan hasta el Líbano. Una construcción que controlan los insurgentes.
Asimismo, la oposición dentro del país sostiene que el conflicto es totalmente desproporcionado, ya que quienes tienen artillería pesada son las Fuerzas Armadas.
Aref Daleela, miembro del grupo opositor Consejo de Coordinación Nacional, insiste que "los grupos armados están defendiendo a los civiles. El Gobierno solo está hablando de eso", continúa. "Pero esta crisis podía haber sido solventada por la vía política. El Gobierno comenzó este camino violento, la gente simplemente lo ha seguido".
A corto plazo, la intervención militar extranjera parece descartada. Lo que no quita que algunos países foráneos ya hayan comenzado a suministrar armamento para así poner más leña al fuego de un conflicto que no se apaga.