La revolución mexicana de la clase media
Los avances económicos y demográficos de los últimos 20 años han hecho que la mayoría de la población mexicana pertenezca hoy a la clase media y no a la clase baja o pobre, como ocurría en los años 90 del siglo XX. Diversos estudios confirman que México es ya un estado de clase media.
La últimas estadísticas muestran que más del 60% de los mexicanos se identifican económicamente como representantes de la clase media. De hecho, la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación (AMAI), la actual estructura del consumo en el país ya no permite contemplar a México como un estado de pobres.
Los expertos de la asociación precisan en un informe que la mayoría de familias mexicanas ahora tiene un coche, una casa de tres habitaciones, un frigorífico nuevo y un par de teléfonos móviles. Además, cuentan con un buen nivel educativo, una cuenta bancaria y se pueden permitir hacer un viaje al menos una vez al año. Todos estos comportamientos son los que precisamente definen a la clase media.
Un estudio del Instituto de México de Centro Internacional para Academicos Woodrow Wilson, también ofrece cifras que refuerzan esta percepción de México como nuevo país de clase media.
El secreto está en las reformas
Los expertos del instituto subrayan que la consolidación de esta capa social pudo deberse a un conjunto de reformas y mejoras que el país viene experimentado durante los últimos 20 años.
Ahora la economía de México crece de forma estable por encima de la media mundial y de los países más avanzados, alcanzando un aumento del 3,9% en 2011. La tasa del Producto Interior Bruto (PIB) per cápita pasó de los 73 dólares en 1999 hasta los 84 dólares en 2008.
La mejora de estos indicadores permitió aumentar los gastos públicos e invertir en los ámbitos más cruciales, uno de puntos clave de la administración del presidente Felipe Calderón. Entre otras reformas, la más importante para la clase media fue la educativa, ya que la formación de profesionales permite estimular la economía y asegurar el desarrollo.
Para satisfacer la creciente demanda, el número de instituciones educativas pasó de 33.495 en 1999 hasta 44.800 en 2009, lo que supone un incremento del 34%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México.
Junto con ello las autoridades lograron disminuir el nivel de la pobreza y, al garantizar un desarrollo sostenible, fomentar el consumo de los ciudadanos, lo que mejoró el nivel de vida y alargó la esperanza de vida. Las autoridades estiman que si en 1960 los mexicanos vivían una media de 56 años para los hombres y de 60 para las mujeres, en 2008 esas tasas pasaron a ser de 73 y 78 años, respectivamente.
La mejora de la alimentación se reflejó en el aumento de un 82% en el consumo de carne, pasando de los 34 kilos por persona de 1990 a los 62 kilos de 2005.
Sin embargo, muchos analistas advierten que, aunque la economía mexicana avance, aún persisten muchos lastre, como lo es la limitada capacidad de ahorro, el aumento moderado de los salarios o la presión de la criminalidad. En todo caso la tendencia es positiva, y las autoridades adoptan medidas concretas para afrontar estos retos. Cuanto antes lo hagan, antes se generará un estado de bienestar, coinciden los expertos.
El estudio de Woodrow Wilson señala que la consolidación de la clase media como pilar de la sociedad es un factor muy positivo que apuntala en definitiva el desarrollo democrático del país.