Cárceles californianas: una versión moderna de los gulags soviéticos
Varios activistas de derechos humanos se concentraron en Los Ángeles para pedir la intervención de las Naciones Unidas para detener la tortura de presos por parte de un régimen inmoral. Pero en este caso no se trataba de ninguna dictadura de un país lejano: el 'estado delincuente' en cuestión es el de California.
En la petición, elaborada por el Centro de Derechos Humanos y Derecho Constitucional junto con abogados independientes, las instituciones penitenciarias de California son comparadas con el Gulag, el sistema penal de campos de trabajo en la extinta Unión Soviética conocido por su crueldad. Las condiciones de mantenimiento de los prisioneros son descritas como "inhumanas".
En el documento se explica que en California más de 4.000 personas son mantenidas en celdas de aislamiento durante varios años seguidos. La razón esgrimida para este régimen de aislamiento es su supuesta conexión con las pandillas carcelarias, nunca demostrada oficialmente. El único modo de volver a una celda regular para ellos es denunciar a los demás miembros de una pandilla, lo que se castiga de una manera muy dura en cualquier prisión. En caso contrario, los presos se quedan en celdas de aislamiento de algo menos de 2,5 metros cuadrados durante periodos de seis años o más, a veces durante décadas. Pasan allí 22 horas y media al día con un permiso para salir a un pequeño patio con paredes de cemento de apenas unos minutos.
El documento también contiene una hipótesis sobre otras posibles razones para el confinamiento en solitario: varios presos podrían sufrir esta medida por haber participado en las huelgas de hambre contra la dura política de las instituciones penitenciarias, que incluye, según ellos, un trato cruel por parte de los guardias, mala alimentación y falta de ayuda médica. Hay razones para sospechar que en nombre de la lucha contra la violencia de las pandillas, los funcionarios de prisiones han expuesto a algunos prisioneros a condiciones que son extraordinariamente severas, injustas y posiblemente inconstitucionales.
El analista Carlos Montes subraya que la mayoría de los presos californianos son hispanos y afroamericanos que se encuentran en estas instituciones por falta de trabajo y educación y afirma que, a pesar de su encarcelamiento, no hay razón para torturarlos también con condiciones inhumanas y aislamiento. El experto considera que la atención por parte de los medios de comunicación podría obligar a las autoridades a estudiar los casos de violación de los derechos humanos, ya que ahora los parientes de los presos y muchos ex encarcelados han organizado protestas contra la situación que se vive en California.