Un senador de EE. UU. busca 'espías rusas' entre las sábanas del servicio secreto

El fantasma de la Guerra Fría resurge bajo las sábanas de los Servicios Secretos de EE. UU. No en vano, según el senador republicano Charles Grassley, las prostitutas colombianas involucradas en el escándalo de los agentes del Servicio Secreto de EE. UU., podrían ser "espías" de la inteligencia rusa. Su declaración parece responder a su empeño por salvar la reputación manchada de los encargados de la seguridad del presidente Barack Obama durante la Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias.

Según Grassley, el comportamiento de los diplomáticos acusados podría comprometer la seguridad nacional, y sugiere que esta táctica de obtener la información es típica de los servicios secretos de Rusia.

Acusaciones sin fundación

Sin embargo, el ex agente especial del FBI, Cesar Paz, supone que este punto de vista no tiene ningún fundamento y cree que todo lo ocurrido se debe a una falta de conducta de los agentes estadounidenses.

“Lo que debemos hacer es fijarnos en las evidencias que existen en este momento, las evidencias que han sido publicadas por el Departamento de Estado y también por el propio Servicio Secreto de EE. UU. Y estas indican que no hay una presencia de ningún tipo de inteligencia foránea o de otro país”, afirma el experto.

“Pienso que lo que ocurrió en esta ocasión es sencillamente una falta de conducta, una violación de la ética profesional de los servicios secretos norteamericanos. Esa es la opinión de los senadores que hasta ahora no han dado conocer ningún otro tipo de indicación ni evidencia”, concluye Paz. 

Once agentes del Servicio Secreto y algunos miembros del ejército asignados para la seguridad de Obama están siendo actualmente investigados por llevar hasta 21 prostitutas al hotel de Cartagena de Indias. Obama ya expresó su malestar por lo ocurrido y dijo que los agentes representaban a EE. UU. y por ello debían comportarse con los más altos niveles de dignidad.