La visita sorpresa de Obama a Afganistán 'tiene motivos propagandísticos'
La visita sorpresa del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a Afganistán tiene “motivos propagandísticos”, con la que busca ganar votos para los próximos comicios presidenciales, valiéndose del operativo que conllevó a la muerte del terrorista Osama Bin Laden bajo su administración, afirman algunos expertos.
En el marco de esta cita Barack Obama y su homólogo afgano, Hamid Karzai, firmaron en Kabul un acuerdo de alianza estratégica, que sustituirá, según el jefe de la Casa Blanca, “la paz por la guerra” y establece el nuevo marco de cooperación entre ambos países, una vez que se complete la retirada de las tropas de la OTAN en 2014, y tendrá una vigencia de diez años más.
La visita del presidente estadounidense coincide con el primer aniversario de la muerte de Bin Laden, cuya presencia en ese país justificó la invasión de octubre del 2001, un mes después de los atentados del 11 de septiembre.
Para el analista político Emilio Viano, Obama “está intentando aprovechar al máximo el primer aniversario de la eliminación” del enemigo número uno de los EE. UU., “para subrayar este logro en su administración, tomando en consideración las elecciones de noviembre” próximo, para las que “quiere presentarse como un líder decisivo, que sabe cumplir con sus promesas, que defiende su suelo patrio”.
En tanto las relaciones entre ambos países han venido pasando por una serie de tensiones en los últimos meses, a raíz del asesinato de 17 civiles afganos por un soldado estadounidense y la quema de ejemplares del Corán en la base norteamericana de Bagram, que desató una ola de violencia en ese país.
A ello también se suman los diversos actos denigrantes como las fotografías de militares estadounidenses que muestran a soldados estadounidenses posando con los cuerpos de supuestos insurgentes y un vídeo en el que se aprecia a ‘marines’ orinando sobre los cuerpos sin vida de afganos, sin olvidar las numerosas víctimas civiles en operaciones de la OTAN.
Por otro lado, el pacto firmado este martes, entre otras cosas, abre la puerta a que EE. UU. mantenga una presencia militar en el país asiático para adiestrar a las fuerzas afganas y continúe sus operaciones contra Al Qaeda.