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Sin estrecho, Irán no lo tiene ya tan crudo
Las autoridades de Irán anuncian planes para construir un nuevo terminal petrolero fuera del estrecho de Ormuz, lo que ayudará al país a mantener las exportaciones de crudo aún en el caso de que el estrecho sea bloqueado.
El nuevo terminal estará en Bandar Jasc, en el golfo de Omán, lo que reducirá la dependencia del país del estrecho, crucial para una gran parte del tránsito marítimo del crudo mundial.
Además, el terminal debe estar conectado con el puerto Neka, en mar Caspio, a través de un oleoducto con capacidad para transportar un millón de barriles diarios, lo que permitirá trasladar el 'oro negro' procedente de otros países con acceso a este mar -Azerbaiyán, Turkmenistán, Kazajistán y Rusia- y de los propios pozos petroleros iraníes en sus aguas.
Hace unos días las autoridades persas anunciaron el hallazgo de vastos yacimientos de crudo en el fondo del mar, situados a unos 2,5 kilómetros bajo la superficie del agua. Aunque Irán todavía no tiene experiencia en trabajar a tales profundidades, ya planea asimilar estas reservas de unos 10.000 millones de barriles.
El país quiere aumentar su producción de crudo en 1.500 millones de barriles al día, hasta los 4.000 de barriles diarios para el año 2015. Sin embargo, las exportaciones petroleras iraníes, que constituyen casi la mitad del presupuesto nacional, están amenazadas por el embargo de EE. UU. y de Europa a la adquisición de crudo en el país, que entrarán en vigor el 1 de julio.
La prohibición es una respuesta a las supuestas investigaciones iraníes en el campo del armamento nuclear. No obstante, Teherán reitera que todas sus investigaciones en esta esfera persiguen fines exclusivamente pacíficos.
Además, el terminal debe estar conectado con el puerto Neka, en mar Caspio, a través de un oleoducto con capacidad para transportar un millón de barriles diarios, lo que permitirá trasladar el 'oro negro' procedente de otros países con acceso a este mar -Azerbaiyán, Turkmenistán, Kazajistán y Rusia- y de los propios pozos petroleros iraníes en sus aguas.
Hace unos días las autoridades persas anunciaron el hallazgo de vastos yacimientos de crudo en el fondo del mar, situados a unos 2,5 kilómetros bajo la superficie del agua. Aunque Irán todavía no tiene experiencia en trabajar a tales profundidades, ya planea asimilar estas reservas de unos 10.000 millones de barriles.
El país quiere aumentar su producción de crudo en 1.500 millones de barriles al día, hasta los 4.000 de barriles diarios para el año 2015. Sin embargo, las exportaciones petroleras iraníes, que constituyen casi la mitad del presupuesto nacional, están amenazadas por el embargo de EE. UU. y de Europa a la adquisición de crudo en el país, que entrarán en vigor el 1 de julio.
La prohibición es una respuesta a las supuestas investigaciones iraníes en el campo del armamento nuclear. No obstante, Teherán reitera que todas sus investigaciones en esta esfera persiguen fines exclusivamente pacíficos.
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