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Paraguay: una destitución contra el pueblo
El proceso y la destitución a manos del parlamento del presidente Fernando Lugo representa “una violación de la voluntad popular” de los paraguayos, comenta el analista internacional Eduardo Berezan.
"Lo que pasa en Paraguay es muy negativo para toda la región latinoamericana", sostiene Berezan, que hace notar que el presidente “no tenía el poder real”, que -afirma- se vio que pertenecía a "grandes empresarias" y a "los partidos conservadores aliados con estas empresarias”.
El analista concluye que son precisamente estos sectores los que intentaron "torcer el rumbo" de Paraguay, cosa que -constata- "han logrado".
La opinión de Berezan coincide en gran parte con la de los gobernantes de otros países latinoamericanos. No en vano, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, ya ha anunciado que la Unasur podría "no reconocer al nuevo Gobierno" e incluso llegar al "cierre de fronteras", situación que -esgrime- está contemplada por "la cláusula democrática de la Unasur".
El ya ex presidente de Paraguay, Fernando Lugo, ha sido destituido por el parlamento del país durante un proceso que calificó de grave golpe contra la democracia paraguaya.
Sin embargo, Lugo aceptó la destitución y llamó a sus partidarios a que se manifestaran pacíficamente para que “la sangre de los justos no se derrame nunca más por causa de intereses mezquinos en nuestro país".
El analista concluye que son precisamente estos sectores los que intentaron "torcer el rumbo" de Paraguay, cosa que -constata- "han logrado".
La opinión de Berezan coincide en gran parte con la de los gobernantes de otros países latinoamericanos. No en vano, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, ya ha anunciado que la Unasur podría "no reconocer al nuevo Gobierno" e incluso llegar al "cierre de fronteras", situación que -esgrime- está contemplada por "la cláusula democrática de la Unasur".
El ya ex presidente de Paraguay, Fernando Lugo, ha sido destituido por el parlamento del país durante un proceso que calificó de grave golpe contra la democracia paraguaya.
Sin embargo, Lugo aceptó la destitución y llamó a sus partidarios a que se manifestaran pacíficamente para que “la sangre de los justos no se derrame nunca más por causa de intereses mezquinos en nuestro país".
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