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Rusia vigilará por ley a las organizaciones no comerciales financiadas desde el exterior
La Cámara Baja del Parlamento ruso ha votado este viernes en primera lectura una nueva ley para que las organizaciones sin ánimo de lucro (OSAL) financiadas desde el exterior rindan cuentas de su actividad financiera.
El proyecto fue apoyado por 323 diputados, superándose con creces los 226 votos que requería el texto para ser aprobado.
En contra votaron 4 personas y hubo una sola abstención.
El documento prevé que todas las OSAL que reciban fondos desde el extranjero o de compañías rusas compuestas parcialmente de capital extranjero y se dediquen a las actividades políticas, tendrán que registrarse como “agentes extranjeros” y cumplir con normativas diferentes.
Con la nueva ley en la mano, las OSAL tendrán que indicar que son “agentes” en cualquiera de sus comunicaciones, ya bien sea a través de la prensa o de Internet. También estarán obligadas a presentar sus informes al Ministerio de Justicia cada trimestre, a diferencia a las OSAL ‘convencionales’ que lo hacen cada año. En los informes tendrán que detallar el monto de donaciones extranjeras que reciben y en qué fueron invertidas exactamente.
A finales de cada año sus actividades financieras serán inspeccionadas y las OSAL serán obligadas a publicar los resultados de estas inspecciones en su página web. El Ministerio de Justicia tendrá competencia para iniciar en cualquier momento revisiones adicionales.
Las supuestas actividades políticas en este contexto no están vinculadas con la lucha por el poder (la legislación rusa desde hace décadas prohíbe a los partidos políticos recibir financiación extranjera), sino a la participación en cualquier evento destinado a influir en las autoridades para hacerles cambiar su curso o en la “formación de la opinión pública”.
Los promotores del documento subrayan que la ley no limitará en ningún caso las actividades de las OSAL, sino que hará más transparente sus estructuras y sistemas de contabilidad. “Solo queremos informar a los ciudadanos que las actividades de una u otra organización son financiadas desde el extranjero”, comenta uno de los autores del texto, el diputado Alexánder Sidiakin.
Por su parte, el Ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, subraya que los legisladores rusos ‘tomaron prestados’ tanto el término de “agentes extranjeros” como su contenido sobre las OSAL de Estados Unidos. La idea sobre cómo deben articularse los derechos y las obligaciones de tales organizaciones también procede de la legislación estadounidense y se corresponde a las normas internacionales, subraya.
La mayoría de las economías desarrolladas cuentan con instrumentos legislativos para monitorear de cerca a las OSAL financiadas desde el extranjero que intervienen en la esfera política.
El Foreign Agents Registration Act (el Acta de Registro de Agentes Extranjeros) en EE.UU. exige a las OSAL revelar sus vínculos con gobiernos de otros países y toda la información sobre sus actividades y fondos. También deben inscribirse en un registro especial del Ministerio de Justicia, aunque las relaciones con otros países sean indirectas. Según el acta, el fin de tales procedimientos es facilitar “al Gobierno y a los ciudadanos de EE.UU. evaluar las palabras y actividades de estas personas”.
En Francia la ‘Ley de julio de 1901’ estipula que toda OSAL involucrada en actividades políticas que desee obtener capacidad jurídica recibiendo fondos desde el extranjero, tendrá que declarar ante la administración local (la prefectura o subprefectura del distrito donde quiere registrarse) todos los detalles de esta financiación y recibir una autorización. Una vez registrada, tendrá que seguir presentando informes minuciosos al respecto. En caso de que se produzca algún cambio en su administración o alguna enmienda en sus estatutos estará obligada a comunicarlo.
En Israel la ley obliga a todas las organizaciones públicas a identificar las donaciones originarias de otros países. El incumplimiento de este punto acarrea multas.
En contra votaron 4 personas y hubo una sola abstención.
El documento prevé que todas las OSAL que reciban fondos desde el extranjero o de compañías rusas compuestas parcialmente de capital extranjero y se dediquen a las actividades políticas, tendrán que registrarse como “agentes extranjeros” y cumplir con normativas diferentes.
Con la nueva ley en la mano, las OSAL tendrán que indicar que son “agentes” en cualquiera de sus comunicaciones, ya bien sea a través de la prensa o de Internet. También estarán obligadas a presentar sus informes al Ministerio de Justicia cada trimestre, a diferencia a las OSAL ‘convencionales’ que lo hacen cada año. En los informes tendrán que detallar el monto de donaciones extranjeras que reciben y en qué fueron invertidas exactamente.
A finales de cada año sus actividades financieras serán inspeccionadas y las OSAL serán obligadas a publicar los resultados de estas inspecciones en su página web. El Ministerio de Justicia tendrá competencia para iniciar en cualquier momento revisiones adicionales.
Las supuestas actividades políticas en este contexto no están vinculadas con la lucha por el poder (la legislación rusa desde hace décadas prohíbe a los partidos políticos recibir financiación extranjera), sino a la participación en cualquier evento destinado a influir en las autoridades para hacerles cambiar su curso o en la “formación de la opinión pública”.
Los promotores del documento subrayan que la ley no limitará en ningún caso las actividades de las OSAL, sino que hará más transparente sus estructuras y sistemas de contabilidad. “Solo queremos informar a los ciudadanos que las actividades de una u otra organización son financiadas desde el extranjero”, comenta uno de los autores del texto, el diputado Alexánder Sidiakin.
Por su parte, el Ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, subraya que los legisladores rusos ‘tomaron prestados’ tanto el término de “agentes extranjeros” como su contenido sobre las OSAL de Estados Unidos. La idea sobre cómo deben articularse los derechos y las obligaciones de tales organizaciones también procede de la legislación estadounidense y se corresponde a las normas internacionales, subraya.
Experiencia mundial
La mayoría de las economías desarrolladas cuentan con instrumentos legislativos para monitorear de cerca a las OSAL financiadas desde el extranjero que intervienen en la esfera política.
El Foreign Agents Registration Act (el Acta de Registro de Agentes Extranjeros) en EE.UU. exige a las OSAL revelar sus vínculos con gobiernos de otros países y toda la información sobre sus actividades y fondos. También deben inscribirse en un registro especial del Ministerio de Justicia, aunque las relaciones con otros países sean indirectas. Según el acta, el fin de tales procedimientos es facilitar “al Gobierno y a los ciudadanos de EE.UU. evaluar las palabras y actividades de estas personas”.
En Francia la ‘Ley de julio de 1901’ estipula que toda OSAL involucrada en actividades políticas que desee obtener capacidad jurídica recibiendo fondos desde el extranjero, tendrá que declarar ante la administración local (la prefectura o subprefectura del distrito donde quiere registrarse) todos los detalles de esta financiación y recibir una autorización. Una vez registrada, tendrá que seguir presentando informes minuciosos al respecto. En caso de que se produzca algún cambio en su administración o alguna enmienda en sus estatutos estará obligada a comunicarlo.
En Israel la ley obliga a todas las organizaciones públicas a identificar las donaciones originarias de otros países. El incumplimiento de este punto acarrea multas.
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