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Protestas en España por el suicidio de un comerciante que iba a ser desahuciado
Varias decenas de personas se reunieron ayer en Granada para condenar la muerte de un granadino de 53 años que se ahorcó en el patio interior de su piso horas antes de ser desahuciado.
El suicidio del comerciante ha provocado una enorme ola de indignación en la sociedad. "La muerte por suicidio del vecino de La Chana José Miguel Domingo es un auténtico asesinato del que son responsables todas las entidades e instituciones que lo han provocado. Este 'terrorismo de Estado' está siendo protagonizado por las autoridades judiciales, por los banqueros, por los políticos y las administraciones públicas del Estado español”, manifestó en un comunicado el Grupo Stop Desahucios de la Asamblea de Granada del 15M.
"Las estadísticas indican que un 34% de los suicidios que se producen son debido a los desahucios ¿Cuántos muertos, esta vez no en fosas comunes sino en sus propias viviendas, necesita este Estado criminal para impedir los desahucios?", declara el movimiento.
Los jueces, por su parte, han denunciado la injusticia de los desahucios. Desde el inicio de la crisis se han visto obligados a tramitar 350.000 desahucios, la mayoría de ellos contra familias trabajadoras. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) preparó un informe que constituye una crítica muy seria de los abusos del sistema.
El cadáver de José Miguel Domingo lo encontró su hermano. Ambos tenían negocios en la planta baja del edificio, una librería y una frutería. Cuando llegó a la tienda y vio que el negocio de su hermano no estaba abierto, se sorprendió, subió a su piso y lo encontró muerto.
José Miguel era soltero, sus padres murieron hace años y vivía en su piso. El fallecido tenía que pagar un préstamo de 240.000 euros concedido en 2007. Ninguno de los vecinos sabía que los problemas que tenía con su negocio eran tan enormes.
"Hablábamos todos los días de todo y se quejaba siempre de que no se vendía casi, pero a mí nunca me comentó nada de que tuviera una orden judicial de desahucio. Pero de agosto para acá estaba como deprimido, más triste, se quejaba más de las ventas; no era el mismo", contó José Aguilar, uno de los vecinos que también tiene su negocio en la planta baja del edificio.
Fue visto por última vez la noche del miércoles cuando veía el fútbol en un bar local. “Aquí estuvo viendo el partido de fútbol del Real Madrid, se tomó unas cervezas y nadie notó nada raro”, contó un camarero del bar a la prensa a local.
"Las estadísticas indican que un 34% de los suicidios que se producen son debido a los desahucios ¿Cuántos muertos, esta vez no en fosas comunes sino en sus propias viviendas, necesita este Estado criminal para impedir los desahucios?", declara el movimiento.
Los jueces, por su parte, han denunciado la injusticia de los desahucios. Desde el inicio de la crisis se han visto obligados a tramitar 350.000 desahucios, la mayoría de ellos contra familias trabajadoras. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) preparó un informe que constituye una crítica muy seria de los abusos del sistema.
Este 'terrorismo de Estado' está siendo protagonizado por las autoridades judiciales, por los banqueros, por los políticos y las administraciones públicas del Estado español.
El cadáver de José Miguel Domingo lo encontró su hermano. Ambos tenían negocios en la planta baja del edificio, una librería y una frutería. Cuando llegó a la tienda y vio que el negocio de su hermano no estaba abierto, se sorprendió, subió a su piso y lo encontró muerto.
José Miguel era soltero, sus padres murieron hace años y vivía en su piso. El fallecido tenía que pagar un préstamo de 240.000 euros concedido en 2007. Ninguno de los vecinos sabía que los problemas que tenía con su negocio eran tan enormes.
"Hablábamos todos los días de todo y se quejaba siempre de que no se vendía casi, pero a mí nunca me comentó nada de que tuviera una orden judicial de desahucio. Pero de agosto para acá estaba como deprimido, más triste, se quejaba más de las ventas; no era el mismo", contó José Aguilar, uno de los vecinos que también tiene su negocio en la planta baja del edificio.
Fue visto por última vez la noche del miércoles cuando veía el fútbol en un bar local. “Aquí estuvo viendo el partido de fútbol del Real Madrid, se tomó unas cervezas y nadie notó nada raro”, contó un camarero del bar a la prensa a local.
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