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ONU: Más de 20.000 desplazados por una nueva ola de violencia étnica en Birmania
La ONU ha informado de que más de 22.000 personas fueron desplazadas en una semana por la reanudación de los enfrentamientos entre los budistas de la etnia rajín y los rohingyas, una minoría musulmana que vive en la costa oeste de Birmania.
Una aldea totalmente quemada en el estado occidental de Myanmar Rakhine es el resultado de una nueva ola de enfrentamientos entre las comunidades budista y musulmana del país. El número total de desplazados desde que estalló la violencia en junio es de 100.000. Más de cien personas murieron en los disturbios y cerca de 4.500 casas fueron destruidas. Ahora los musulmanes locales se ven obligados a huir a las islas cercanas para salvarse de nuevos ataques.
Los rohingyas que profesan el islam son tan solo cerca de 800.000 personas que viven en el oeste y en Birmania, donde la gran mayoría de población es budista.
Las autoridades de este país siempre han tratado a este pueblo como a inmigrantes ilegales del vecino Bangladés. Sin embargo, el Gobierno de Bangladés también se ha negado a reconocer a esta nación. La ONU calificó a los rohingyas de grupo étnico más perseguido del mundo.
La ONU pidió al Gobierno de Birmania que ponga fin a la lucha étnica. "Es muy importante que el Gobierno impida cualquier propagación ulterior de la violencia y comunique mensajes de armonía", dijo el representante de la ONU, Ashok Nigam. Nigam dijo que a los nuevos refugiados les va a ser difícil conseguir ayuda humanitaria ya que muchos huyeron en barcos, mientras que otros buscaron refugio en colinas aisladas.
"La situación es ciertamente muy grave y estamos trabajando con el Gobierno para proporcionar ayuda urgente a estas personas", agregó.
La ola de violencia arrancó el 28 de mayo pasado con el hallazgo del cadáver de una mujer budista que fue violada y asesinada por tres musulmanes. Pasados unos días, una multitud de budistas detuvo un autocar en el que decían viajaban los culpables y mataron a diez musulmanes. Dos de los asesinos fueron condenados a muerte, mientras que el tercero se suicidó en la cárcel. A partir de entonces, grupos de musulmanes y budistas se han enfrentado en diversas localidades de Rakhine.
Los rohingyas que profesan el islam son tan solo cerca de 800.000 personas que viven en el oeste y en Birmania, donde la gran mayoría de población es budista.
Las autoridades de este país siempre han tratado a este pueblo como a inmigrantes ilegales del vecino Bangladés. Sin embargo, el Gobierno de Bangladés también se ha negado a reconocer a esta nación. La ONU calificó a los rohingyas de grupo étnico más perseguido del mundo.
La ONU pidió al Gobierno de Birmania que ponga fin a la lucha étnica. "Es muy importante que el Gobierno impida cualquier propagación ulterior de la violencia y comunique mensajes de armonía", dijo el representante de la ONU, Ashok Nigam. Nigam dijo que a los nuevos refugiados les va a ser difícil conseguir ayuda humanitaria ya que muchos huyeron en barcos, mientras que otros buscaron refugio en colinas aisladas.
"La situación es ciertamente muy grave y estamos trabajando con el Gobierno para proporcionar ayuda urgente a estas personas", agregó.
La ola de violencia arrancó el 28 de mayo pasado con el hallazgo del cadáver de una mujer budista que fue violada y asesinada por tres musulmanes. Pasados unos días, una multitud de budistas detuvo un autocar en el que decían viajaban los culpables y mataron a diez musulmanes. Dos de los asesinos fueron condenados a muerte, mientras que el tercero se suicidó en la cárcel. A partir de entonces, grupos de musulmanes y budistas se han enfrentado en diversas localidades de Rakhine.
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