Egipto decide su destino en el referendo sobre la nueva Constitución

Por primera vez desde 1956 el plebiscito se realizará en dos etapas: los electores de 10 provincias del país, es decir, unos 26,6 millones de personas de los 51,3 millones de egipcios con derecho a voto, podrán acudir a las urnas este sábado, mientras que los habitantes de otras 17 provincias del país, lo harán dentro de una semana.

Esto se debe a la falta de jueces suficientes para controlar el transcurso del referendo, teniendo en cuenta sobre todo que gran parte de ellos decidieron boicotear el plebiscito en señal de protesta contra la política del presidente Morsi.

Desde hace semanas, los opositores laicos, que se retiraron de la Asamblea Constituyente, critican la nueva redacción de la Carta Magna que, dicen, está monopolizada por los islamistas. Este sábado el Frente de Salvación Nacional, que reúne la mayor parte de ellos, denunció también “irregularidades generalizadas” en el referendo y acusó a los Hermanos Musulmanes de querer falsear el proceso para lograr la aprobación del texto.

Entre las infracciones detectadas por el Frente y otros grupos civiles figura la existencia de muchas urnas sin el sello de seguridad. Además, dicen, los dedos de quienes votan se marcan con una “tinta mágica” que se quita fácilmente en poco tiempo. En algunas mesas hubo funcionarios que se hicieron pasar por jueces, encargados de supervisar el voto.  

Las dudas de esos grupos sobre la transparencia del referendo contrastan con la versión oficial de la Comisión Electoral y del Ministerio del Interior egipcios. Sus funcionarios insisten en la ausencia de incidentes significativos en esta primera jornada de votación, que fue declarada día festivo en Egipto.