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Los funcionarios griegos se revuelven contra los recortes
Los trabajadores del sector público griego han abandonado sus funciones este miércoles para protestar por las últimas medidas de austeridad, la nueva reforma fiscal y los despidos previstos por el gobierno.
La confederación de sindicatos de funcionarios ADEDY (que representa a cerca de medio millón de trabajadores) ha convocado una huelga de 24 horas. "Exigimos que el gobierno cambie esas políticas injustas que perjudican a los trabajadores y matan el sector público", sostiene Costas Tsikrikas, jefe de ADEDY, que espera “una gran participación” en la manifestación.
Por su parte, el sindicato de trabajadores del sector privado GSEE también ha hecho un llamamiento para que se haga un paro de 3 horas. "El nuevo ataque fiscal a los trabajadores, pensionistas y ciudadanos ordinarios; la reducción de derechos fundamentales; la privatización depredadora de la propiedad pública; el desempleo y los despidos no pueden ni deben continuar", afirma el GSEE en un comunicado.
Los médicos adscritos al servicio nacional de salud, trabajadores de los ferrocarriles y trenes suburbanos llevarán a cabo una huelga de 48 horas. Aunque no se espera que el paro degenere en violencia, se han desplegado por precaución unos 2.000 agentes que estarán pendientes de cualquier suceso en las calles de Atenas.
Por otro lado, la agencia de calificación Standard & Poor's subió seis escalones la calificación crediticia de Grecia, de "impago selectivo" hasta B- con panorama estable. El analista económico, Alberto Montero Soler, considera que esta subida de la nota no significa una mejora importante de la economía griega en condiciones de recuperación, ya que se trata de una respuesta financiera a un mero alivio financiero de muy baja intensidad.
"Lo que vemos en el caso griego es que se está estrujando al pueblo griego día tras día para que pague hasta el límite de sus posibilidades una deuda que se sabe que es impagable y cuando llega el momento de máxima tensión se produce la restructuración y las quitas en la deuda”, indicó a RT el analista, quien además cree que “lo que habría que plantear es la necesidad de que esas quitas se produjeran desde un primer momento y no seguir teniendo esta tensión sobre el pueblo griego”.
Por su parte, el sindicato de trabajadores del sector privado GSEE también ha hecho un llamamiento para que se haga un paro de 3 horas. "El nuevo ataque fiscal a los trabajadores, pensionistas y ciudadanos ordinarios; la reducción de derechos fundamentales; la privatización depredadora de la propiedad pública; el desempleo y los despidos no pueden ni deben continuar", afirma el GSEE en un comunicado.
Los médicos adscritos al servicio nacional de salud, trabajadores de los ferrocarriles y trenes suburbanos llevarán a cabo una huelga de 48 horas. Aunque no se espera que el paro degenere en violencia, se han desplegado por precaución unos 2.000 agentes que estarán pendientes de cualquier suceso en las calles de Atenas.
Por otro lado, la agencia de calificación Standard & Poor's subió seis escalones la calificación crediticia de Grecia, de "impago selectivo" hasta B- con panorama estable. El analista económico, Alberto Montero Soler, considera que esta subida de la nota no significa una mejora importante de la economía griega en condiciones de recuperación, ya que se trata de una respuesta financiera a un mero alivio financiero de muy baja intensidad.
"Lo que vemos en el caso griego es que se está estrujando al pueblo griego día tras día para que pague hasta el límite de sus posibilidades una deuda que se sabe que es impagable y cuando llega el momento de máxima tensión se produce la restructuración y las quitas en la deuda”, indicó a RT el analista, quien además cree que “lo que habría que plantear es la necesidad de que esas quitas se produjeran desde un primer momento y no seguir teniendo esta tensión sobre el pueblo griego”.
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