Los hebreos etíopes: en busca del reconocimiento de su patria
Los hebreos de piel oscura se conocen como Beta Israel (la casa de Israel) y proceden de Etiopía. Hace muchos años empezó su inmigración a la tierra de Israel, pero actualmente se ha hecho mucho más difícil para ellos trasladarse allí, ya que las autoridades se niegan de reconocerlos como hebreos auténticos y además en el mismo país se sienten incómodos.
Según la leyenda los judíos de Etiopía, estos provienen de la dinastía Dan de Israel. Cualquiera que sea su pasado lejano está claro que se separaron del pueblo hebreo hace mucho, pues aunque los representantes de Beta Israel conocen bien la Biblia, no tienen ni idea del Talmud y sus tradiciones se diferencian esencialmente de las que siguen otros judíos.
El desconocimiento del Talmud provocó dudas en los rabinos ortodoxos sobre su pertenencia al pueblo hebreo. Sin embargo, en 1973, el rabino principal de Israel declaró que los representantes de Beta Israel deben considerarse judíos.
Entre las pruebas de que siempre han sido hebreos, los científicos destacan que conservaron siete palabras del idioma hebreo y que en las aldeas lejanas esa gente dividía el mundo en dos grupos: ellos mismos y otros pueblos.
La indeterminación de su estatuto religioso, junto con el buen trato recibido por parte de ese pueblo en la época del reinado del último emperador etíope, Haile Selassie, provocó que en los años 50 y 60 el Gobierno de Israel no prestara mucha atención a los asuntos de los judíos de Etiopía. Después de que fuera depuesto a través de un golpe de estado Selassie, Etiopía se convirtió en un país marxista y la situación de los hebreos empeoró. El nuevo gobierno del país adoptó una posición anti israelí.
Gracias a la Ley de Retorno de 1950, que garantizaba a cualquier judío del mundo su derecho a emigrar a Israel, establecerse allí y obtener casi sin trabas la ciudadanía israelí, los miembros de este grupo comenzaron a acudir al país.
Cerca del 80% (en total algo más de 120.000) de los judíos etíopes viven actualmente en Israel. Tras sufrir en los campos de refugiados, donde murieron más de 4.000 de ellos, lograron alcanzar su destino.
Mientras tanto, las autoridades israelíes se niegan a reconocer a muchos inmigrantes como hebreos auténticos. En Israel los hebreos etíopes todavía se sienten extranjeros.
Dasash Molla, una emigrante etíope en Israel, comenta el problema: "Cada semana tengo que ir al Ministerio del Interior y llenar todos los formularios. Y cada vez me dicen que tengo que volver dentro de un mes o dos meses. Esto lleva siglos. Finalmente me dicen que se ha promulgado una ley que dice que quien tiene una madre, abuela, bisabuela por la línea materna que no fue judía, no tiene derecho a obtener la ciudadanía de Israel. Esto significa que mi madre no tiene ese derecho a la ciudadanía israelí y no puede venir aquí".
Ester Almo, fotógrafa y cineasta famosa y miembra del grupo de los hebreos etíopes comenta: "¿Qué puedo decirles?, estoy en el medio. Cuando tengo eventos familiares o voy a una boda con mi familia, una familia grande, siento que soy diferente y no estoy familiarizada con tradiciones como el baile por ejemplo. Pero cuando vengo aquí a Israel... soy la única chica etíope en mi clase. Voy acotumbrándome, así es mi vida aquí. Siento que estoy caminando por un terreno de varias culturas".
Hoy sigue vigente la pregunta sobre si son hebreos. Si los primeros emigrantes abrazaban el judaísmo, los hebreos etíopes actuales se niegan a hacerlo por que creen que tal hecho significaría confirmar que no eran hebreos antes: eso mancharía el honor de sus antepasados.
Si las autoridades de Israel reconocen a los los representantes de Beta Israel como hebreos auténticos, ellos están seguros de que podrán aportar muchas cosas positivas a la sociedad israelí, su patria perdida.