Matemáticos al servicio de Himeneo
Por muy raro que suene, los matemáticos adaptaron exitosamente a la ciencia exacta para que sirva al mundo de las emociones y relaciones matrimoniales. Se crean fórmulas para calcular la edad ideal para casarse y, al mismo tiempo, la interacción en pareja se convierte en un gráfico para predecir con una sorprendente certeza el futuro del matrimonio.
Así, un matemático australiano calculó la fórmula para saber la edad más apropiada para casarse, informa el diario Daily Mail. Anthony Dooley, quien encabezó el estudio del grupo de científicos, cree que se puede tomar como base la edad en que la persona empezó a pensar seriamente en la vida familiar. También hay que tener en cuenta la edad máxima en que la persona cree que va a dejar la vida solitaria.
Con todo ello, se elaboró la siguiente fórmula:
X = (N – P) x 0,369 + P, donde N es la edad límite para casarse, P es la edad cuando se le ocurrió por primera vez la idea de crear familia, y X, lógicamente, es la edad que nos interesa, en la que el hombre le ofrecerá su mano a la novia, o cuando la mujer se hará esposa.
Claro que las relaciones en pareja son complicadas y requieren un talento peculiar de las dos partes, especialmente cuando viven en matrimonio por varios años y los sentimientos empiezan a ser minados por la rutina. A estas alturas viene en ayuda el método de otro científico, el profesor de matemáticas James Murray de la Universidad de Oxford.
Murray sabe predecir con gran certeza si el matrimonio vivirá feliz o se divorciará pronto. The Daily Telegraph informa que el científico supo predecir el futuro matrimonial del 94% de las parejas que tomaron parte en su experimento, 700 familias en total.
El método de Murray consiste en grabar conversaciones de 15 minutos de duración entre la pareja sobre temas agudos como sexo, recursos monetarios o relaciones con los parientes del otro. Cada frase se evalúa según la emoción que en ella predomina y recibe un punto de -4 hasta 4. La puntuación negativa la reciben frases que contienen agresión, desprecio o ira; al revés, compasión, alegría, humor o felicidad reciben una evaluación positiva.
Luego se hace un gráfico de ambos esposos y se hace el pronóstico. Los puntos de cruce de las líneas reflejan los chances que tiene la pareja: una vida larga juntos o un divorcio. En caso de tener uno de los dos el gráfico sistemáticamente negativo, el divorcio es inevitable.
En fin, parece dudoso que se inventen recetas o fórmulas universales para el amor y las relaciones familiares. Cada uno se guía por su propia matemática en la vida. ¿Seguro que queremos saber los que nos espera en el futuro?